Que los nuevos contratos —casi todos de importancia para un Ayuntamiento como el de Zamora— traerán un aumento del coste del servicio no es precisamente un secreto. Sin embargo, más peliagudo para los contribuyentes es el hecho de que ese incremento del coste podría traducirse en un alza de impuestos municipales. En esta situación repara el informe de Intervención relativo a la Ejecución Presupuestaria del ejercicio 2020. Entre sus conclusiones, la intervención recuerda que actualmente se encuentran en proceso de licitación varios contratos, entre los que enumera Residuos Sólidos Urbanos, limpieza viaria, parques y jardines y “otros ya vencidos, no susceptibles de nueva prórroga y ejecutados al margen de la legalidad contractual”. Las licitaciones en marcha, apunta el documento, “suponen incrementos muy notables del coste previsto de los servicios, que habrán de repercutir en incrementos estadísticamente muy significativos en los gastos corrientes, que no podrán ser asumidos sin el correlativo incremento de los recursos tributarios o no tributarios que los financien”. Es decir. Los nuevos servicios son más caros y ello conllevará una subida de impuestos.

La cuestión es que, indica también la Intervención Municipal, el gasto corriente del Ayuntamiento va al alza a un ritmo superior al que crecen los ingresos corrientes. Aquí, como se han encargado de aclarar desde el equipo de Gobierno en varias ocasiones, no vale el elevado remanente de Tesorería, que solo puede utilizarse para inversiones.

En el mismo sentido, y continuando con el informe de la Intervención Municipal, fechado el pasado 15 de febrero, se recomienda al Ayuntamiento que ajuste “las ordenanzas reguladoras de los diferentes ingresos públicos para hacer frente a los incrementos producidos o previstos en los gastos corrientes de la administración, a fin de garantizar la estabilidad económica, financiera y presupuestaria del Ayuntamiento”. El informe introduce incluso el (de momento) imparable declive demográfico de la capital y recomienda al equipo de Gobierno que “controle la evolución del gasto corriente municipal”, ya que estas partidas “deben ser financiadas por una ciudadanía en decrecimiento en una ciudad con uno de los menores niveles de medias salariales y de pensiones del Estado”. En otras palabras, “los gastos son asumidos por cada vez menos ciudadanos con recursos cada vez más limitados”, indica el informe.

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El capítulo del servicio de abastecimiento de aguas ocupa capítulo aparte. La Intervención, a la vista de los documentos presupuetarios elaborados por el Ayuntamiento, concluye que existe “sobrefinanciación del servicio mediante la tasa establecida en los últimos cuatro ejercicios” y recuerda que es obligación del Consistorio “garantizar el cumplimiento de la Ley en las relaciones tributarias con los ciudadanos”, lo que se traduce en que se debe garantizar que “las tasas no excedan de los límites legales, lo que en la actualidad parece estar sucediendo, como mínimo”, en el citado apartado de abastecimiento de agua.

Por lo demás, el documento de la Intervención Municipal profundiza en otra serie de cuestiones. Así, apunta que la capacidad de inversión anual del Ayuntamiento de Zamora se mantiene constante en el entorno de los cuatro o cinco millones de euros y que se constata que en el ejercicio 2020 el incremento del remanente líquido de tesorería para gastos generales equivale al 45% del superávit presupuestario ajustado. Igualmente, el interventor indica que el Ayuntamiento “no ha implantado un sistema de contabilidad” que permita conocer el coste de los servicios públicos y pide que se haga “de manera inmediata”.