En el año 1121, Bernardo de Perigord llegó a Zamora para convertirse en el primer obispo tras la restauración de la diócesis. Esa reposición de la sede episcopal se produjo 135 años después de que Almanzor arrasara la ciudad de tal modo que sus gentes tardaron décadas en devolver el brío a la zona y sufrieron para retomar la actividad, según cuenta la Historia.

Desde entonces, han pasado ya 900 años, decenas de obispos y varias crisis, pero la diócesis aguanta y, de la mano de su nuevo prelado, Fernando Valera, celebrará este año el noveno centenario de su restauración. Lo hará a través de un año jubilar extraordinario concedido por la Santa Sede, que confirmó recientemente su respaldo a la petición llegada desde Zamora.

Según informó la propia diócesis a través de una nota remitida a los medios de comunicación, el propio Fernando Valera solicitó este año de gracia al Vaticano a finales de 2020. Es decir, prácticamente cuando se incorporó a su cargo. Hay que recordar que el prelado de Zamora tomó posesión de sus funciones el pasado 12 de diciembre, tras la vacante dejada por el fallecimiento de Gregorio Martínez, que murió en septiembre de 2019 después de casi trece años al frente de la diócesis.

Valera, con la Cruz de Carne, en la puerta de la Catedral. | Jose Luis Fernández

Esta solicitud remitida a la Santa Sede tuvo respuesta el pasado 27 de enero, cuando el obispo recibió la noticia de la concesión a través de un decreto firmado en la Ciudad del Vaticano. Este documento ofrece “la indulgencia plenaria a los fieles que, celebrando esta efeméride, cumplan con las condiciones propias de todo Jubileo”, según aclararon desde la diócesis, en una nota en la que matizaron que la información relativa a las actividades y actos que tendrán lugar en este año se dará a conocer en una comparecencia cuya fecha todavía no está fijada.

Sea como fuere, los responsables eclesiásticos de Zamora explicaron que el “Jubileo extraordinario se realiza para conmemorar circunstancias especiales” durante un periodo concreto. En este caso, las fechas escogidas son las que transcurrirán entre el 19 de marzo de 2021 y el mismo día del año siguiente: “Durante este tiempo, a través de diferentes actos conmemorativos, la iglesia de Zamora quiere recordar sus raíces, que se remontan al año 900 de su fundación con el obispo San Atilano”, remarcaron desde la diócesis.

Ya centrados más en la cuestión religiosa, los responsables zamoranos abogaron por mostrar “una mirada agradecida al pasado para que, abriéndose a la gracia de Dios en el presente, se pueda afrontar el futuro con esperanza”.

Por lo pronto, y ante la incertidumbre sobre el resto de actividades programadas, la diócesis de Zamora sí quiso confirmar que la inauguración de este año tan especial tendrá lugar el propio 19 de marzo, festividad de San José, con una misa que se celebrará en la Catedral de la ciudad. Está previsto que el nuncio papal, Bernardito Auza, acuda a este evento para presidir la eucaristía.

Será la segunda vez en apenas tres meses que Auza se desplace hasta Zamora. No en vano, el nuncio también presidió la toma de posesión de Valera en diciembre, en un gesto de apoyo que se repetirá en esta ocasión con motivo del jubileo extraordinario.

Intenso inicio de Fernando Valera como obispo

De este modo, el inicio del periodo de Fernando Valera como obispo de Zamora está transcurriendo de un modo intenso. También en el contexto de una pandemia que llevó al prelado a recurrir a la Cruz de Carne como gesto para fortalecer a sus feligreses de cara a la lucha contra el virus.

En esa ocasión, el símbolo contra las epidemias desde los tiempos de la peste negra emocionó a Valera, que bendijo la semana pasada los cuatro puntos cardinales de la diócesis desde el atrio de la Catedral, y que armó un discurso de esperanza y fortaleza ante la difícil prueba de la pandemia.

“Al inicio de esta Cuaresma pido al señor el fin de la pandemia y la curación de todo mal, la curación de las heridas interiores, los corazones heridos, esperando a un Dios que me alcance en mi fragilidad, escuchando como San Pablo, tu gracia me basta”, pronunció el obispo de Zamora, que este año vivirá su primera Semana Santa al frente de la diócesis de un modo diferente al resto, sin desfiles procesionales ante el riesgo de contagio por el omnipresente virus.