Es, sí, un símbolo contra las epidemias desde los tiempos de la peste negra y también para el emocionado obispo de Zamora, Fernando Valera, una reliquia que besó nada más llegar a su sede espiscopal y con la que ayer bendijo los cuatro puntos cardinales de la diócesis desde el atrio de la Catedral. Es la pieza con la que armó un discurso de esperanza y fortaleza ante la difícil prueba de la pandemia del coronavirus. La bendición la pudieron ver las decenas de personas que se quedaron fuera del templo mientras que solo 25 afortunados pudieron asistir a la misa del Miércoles de Ceniza y la homilía del obispo.

“Al inicio de esta Cuaresma pido al señor el fin de la pandemia y la curación de todo mal, la curación de las heridas interiores, los corazones heridos, esperando a un Dios que me alcance en mi fragilidad, escuchando como San Pablo, tu gracia me basta”. “Bendecir, queridos hermanos, es decir bien, ben dicere, es una llamada, como dice el papa Francisco a vivir una Cuaresma de caridad, para cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia del COVID 19”, señaló el obispo en la homilía. “Buscad de practicar la justicia, hemos escuchado en el Evangelio, y nos proponía tres cosas, ayuno, limosna y oración. El ayuno, privarse del comer, de todo lo que no favorece tu crecimiento interior. Vivimos en ocasiones esclavizados de nuestros caprichos, de nuestra tozudez, de nuestra vanidad. Etiquetamos con ligereza a los demás. Se requiere una conversión a la pobreza, a la sobriedad, a una vida de austeridad, no solo en las cosas materiales, sino también en críticas, murmuraciones y descalificaciones. Despréndete de tu yo engreído, deja la rigidez y el envanecimiento, pasa a la discreción y al respeto”.

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Valera apeló también a la “limosna, dar de lo tuyo, darte tu. Un gesto amigo, decir palabras de aliento que reconfortan, que fortalecen, que estimulan, en lugar de palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian. A veces, para dar esperanza es suficiente con decir una palabra amable, que deje al lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra, para posibilitar el espacio de escucha en medio de tanta indiferencia. Es una solidaridad de los sentimientos. Contra el orgullo de poseer es preciso reaccionar con verdadero amor”.

La cruz de Carne sale de la Catedral este Miércoles de Ceniza en Zamora

La cruz de Carne sale de la Catedral este Miércoles de Ceniza en Zamora C. G.

Animó, asimismo, el prelado a “recogerse en oración (...) Esta Cuaresma es un tiempo de esperanza, de caminar al encuentro de Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección. Es tiempo de crecer, esperar y amar curando heridas, en este gran hospital de campaña en el que se ha convertido nuestro mundo. Quiero también hoy, en esta bendición con la Cruz de Carne, recordar a todos los que cada día hacen el milagro de atender a nuestros enfermos, que se juegan la vida, a nuestros sanitarios que tanta entrega y tanto bien hacen, de todas las personas generosas, de tanto bien que hay a nuestro alrededor”, concluyó el obispo, rodeado por el Cabildo Catedralicio.