La incidencia de casos de coronavirus mantiene la tendencia descendente en Zamora. De hecho, la tasa de contagios de la última semana ya se sitúa en los niveles de los primeros días de enero, cuando todavía no se había percibido el efecto real de la Navidad en las estadísticas oficiales. La provincia empieza a respirar, por tanto, en el contexto de una tercera ola que, a pesar de todo, sigue castigando al Complejo Asistencial y que todavía se lleva vidas por delante.

No en vano, este mismo lunes, la Consejería de Sanidad comunicó un nuevo fallecimiento en las dependencias hospitalarias, un deceso que eleva a 402 las muertes causadas por el COVID desde que comenzó la pandemia. En cambio, el parte diario dejó solamente un nuevo contagio en la provincia. Este dato, que puede estar relacionado con el efecto del fin de semana, también deja patente que Zamora ha dejado atrás las cifras de más de cien positivos diarios que registró a finales de enero.

La provincia se mueve ahora en un escenario que la sitúa como el territorio con menor incidencia de casos de Castilla y León, y así llega al día en el que se prevé que el Tribunal Supremo se reúna para tratar el recurso que solicita medidas cautelares contra el adelanto del toque de queda a las ocho de la tarde, decretado por la Junta hace más de un mes.

Según informó ayer la Agencia Ical, la sección cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal tratará hoy los diferentes asuntos que tiene sobre la mesa, entre los que podría abordar la suspensión cautelar del adelanto del toque de queda que solicita el Gobierno de España, que plantea que la horquilla permitida para empezar a restringir la movilidad nocturna se sitúa entre las diez y las doce de la noche.

La decisión del Supremo podría poner fin a este proceso y determinar finalmente si la restricción impuesta por el Gobierno autonómico tiene validez legal. Hay que recordar que el Ejecutivo comandado por Alfonso Fernández Mañueco presentó sus alegaciones al recurso redactado por la Abogacía del Estado, y argumentó que “prioriza el derecho a la vida” y que la medida resulta “necesaria” para reducir los contagios.

Asimismo, la Junta insistió en su idea de “proteger” a los ciudadanos y hacer el menor daño posible a la economía a través de una medida que lleva ya 31 días en vigor y que ha sido una de las restricciones más duras que han tenido que padecer los zamoranos y el resto de ciudadanos de la comunidad en este arranque de 2021.

Si finalmente el Supremo se pronuncia a favor del Gobierno autonómico, habrá que ver hasta cuándo prolongará la Junta este control estricto de la movilidad nocturna; en el caso de que la decisión respalde la postura del Ejecutivo nacional, el toque de queda tendrá que retrasarse hasta las diez.

Los municipios en nivel máximo de riesgo por COVID siguen reduciéndose

La bajada de la incidencia en la provincia en las últimas semanas ha venido acompañada de un lógico alivio en la mayor parte de los municipios. Si hace unas semanas, el mapa elaborado por la Junta de Castilla y León para advertir de los niveles de riesgo por contagios estaba teñido de granate y rojo, actualmente el “beige” que señala a los pueblos en estado de nueva normalidad representa el color mayoritario.

En ese sentido, cabe destacar que, si se toma como referencia la última semana, toda la parte occidental de la provincia aparece libre de casos y se sitúa como la zona más “limpia” de Zamora. La única excepción de toda la parte fronteriza es Puebla de Sanabria, con un riesgo medio en base a una incidencia de 73 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra aceptable si se tiene en cuenta lo ocurrido tiempo atrás.

Tampoco se sitúan muy lejos de esas cifras los tres municipios más grandes de la provincia. La capital, Benavente y Toro presentan un riesgo alto, tras abandonar también el nivel máximo de alerta que aún mantienen pueblos como Montamarta, Cobreros, San Cristóbal de Entreviñas, Faramontanos de Tábara, Villardeciervos, Morales de Toro o Vezdemarbán.

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