Ahora que el Instituto del Patrimonio Cultural de España acaba de actualizar el portal donde ofrece al usuario más de 275.000 fotografías, emerge la importancia del pasado y la relevancia de algunos de los notarios más importantes en la lucha contra el paso del tiempo: los fotógrafos. En una web completamente remozada, más moderna, la palabra “Zamora” devuelve en el buscado algo más de 800 archivos, que sirven para hacer una radiografía casi perfecta de la provincia: el arte románico, el trazado urbano de la capital entre los siglos XIX y XX, los “molinos” del Duero, la etnografía o las grandes infraestructuras, como los puentes o los saltos hidráulicos llamaron la atención de algunos de los mejores retratistas de la historia.

En realidad, Zamora y todo aquel que se interese por esta tierra se benefician del importantísimo trabajo del IPCE -órgano que depende del Ministerio de Cultura-, que ha digitalizado ya algo más del 50% de sus archivos, que superan el medio millón. No piense el lector que la institución radicada en un edificio con forma de “corona de espinas” en Madrid lidia únicamente con los antiguos negativos que se extinguieron con la digitalización. En sus estanterías descansan miles de cristales y soportes de tamaños diversos y tecnologías variopintas, que, en ocasiones, ofrecen una calidad mayúscula.

Construcción de la presa de Villalcampo. | Pando Barrero

Además de actualizar el fondo, el IPCE ha incorporado otras 7.000 instantáneas de dos de sus fondos más valiosos. Del trabajo del alemán Otto Wunderlich (1887-1975) ya se tenía noticia en Zamora; de su máquina aparecían ya “online” más de una veintena de trabajos. Hoy aparecen más de medio centenar de fotografías que devuelven una imagen nítida, pese al paso del tiempo, de la Catedral de Zamora, la Colegiata de Toro, la iglesia de la Magdalena o las aceñas de Olivares.

Wunderlich fue un empresario de la exportación que acabó dedicado al apasionante mundo de la fotografía, tras formarse en Inglaterra y Francia. En 1913 desembarcó en España e inició su periplo siguiendo los pasos de fotógrafos de absoluto prestigio, como Jean Laurent, que había hecho ese viaje por el país ibérico a finales del siglo XIX. Su labor permite reconstruir el aspecto de la España de 1913 a 1930, con heliotipias que recrean paisajes y monumentos y un variado número de cianotipias, fototipias y contactos de temática diversa.

El otro fondo que incorpora el Instituto de Patrimonio, y que crece con esta actualización, es el dedicado a Juan Miguel Pando Barrero (1915-1992), que desarrolló su carrera a lo largo de más de medio siglo, una labor continuada por su hijo, Juan Pando Despierto, que zanjó la trayectoria familiar en 2003. Se trata, según apunta el IPCE, del fondo más voluminoso de todos, con más de 125.000 archivos fotográficos de temática muy variada. Entre 1940 y 1993, la Agencia Pando realizó trabajos para una amplia gama de clientes, como museos, galerías, coleccionistas y artistas, además de encargos publicitarios o fotografía de arquitectura.

Vista de las aceñas de Cabañales, en la margen izquierda. | Wunderlich

Resulta que del Archivo Pando hay ya más de 70 registros vinculados a Zamora. Entre los trabajos que se pueden consultar en unos pocos segundos aparecen instantáneas valiosas sobre el pasado de la provincia, como la que retrata en 1957 la presa de Moncabril en Vega de Tera, antes de la fatídica rotura dos años más tarde, que se llevó para siempre la vida de 144 vecinos. Junto a ellas, el aspecto inmaculado de Ribadelago Nuevo, el pueblo que creció a principios de los años sesenta junto a su predecesor para ofrecer una vivienda a los vecinos que habían visto desaparecer sus casas. La construcción de la presa de Villalcampo, de la que aparece un amplio trabajo, también llamó la atención de Pando Barrero.

Catedral de Zamora. 4. Palacio de Momos, en la actual plaza de Zorrilla.

Las instantáneas de los archivos Pando y Wunderlich crecen y se suman al arsenal fotográfico del que ya disponía la fototeca del IPCE, donde existen extraordinarios “cajones” digitales de instantáneas. Como el fondo Ruiz Vernacci, que comprende los trabajos el fotógrafo francés Jean Laurent, todo un genio del arte fotográfico. En este sentido, el Ministerio de Cultura ha seguido adquiriendo álbumes para su archivo. El último de ellos se sumó al fondo general en 2013, tras adquirirlo en una subasta pública. Se trataba de un trabajo de 74 instantáneas, entre las que figuraban varias de la provincia.

Laurent fue un ambicioso fotógrafo que se recorrió España para comercializar sus trabajos. El francés llegó incluso a obtener la explotación fotográfica del Museo del Prado, del que su vivienda en Madrid distaba unas pocas calles. Su legado y el de sus colegas se encuentra hoy a poco más de un clic.