La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León prevé la construcción de una nueva residencia pública para personas mayores en Zamora capital. El plan de los responsables autonómicos es solicitar fondos a Europa para levantar un complejo con capacidad para 200 personas y que se adapte a las características del modelo “en mi casa”, que pretende transformar la atención residencial en un servicio más flexible y personalizado.

La propia consejera de Familia, la zamorana Isabel Blanco, se encuentra a la cabeza de este ambicioso proyecto que cumple con los requisitos del Ministerio de Derechos Sociales para poder acceder a la financiación comunitaria. De hecho, la idea de la Junta es que Europa inyecte los 16 millones de euros que serán necesarios para poner en funcionamiento esta residencia, que se ubicará en una parcela situada cerca del Hospital Virgen de la Concha.

En ese sentido, según explicó Blanco, la construcción de este complejo se llevará a cabo bajo las condiciones que marca el nuevo modelo de asistencia residencial “en mi casa”, que contempla una distribución por “unidades de convivencia”. Es decir, el recinto se dividirá en una serie de módulos de ocho habitaciones que estarán ocupadas por una o dos personas en función de las preferencias y necesidades de los usuarios.

El planteamiento es que los residentes puedan instalarse “en pequeños pisos, que sean parecidos a sus propios hogares”, a través de un modelo que ayudaría a la hora de afrontar otras crisis sanitarias que pudieran aparecer. En todo caso, ya antes de la pandemia, Blanco y su equipo habían dejado patente su intención de acometer este cambio en la atención.

No en vano, en algunas residencias adaptables de la comunidad ya se han llevado a cabo experiencias con este modelo: “Los usuarios decoran las estancias a su gusto y llevan sus propias cosas”, remarcó Blanco, que indicó también que la idea de la Consejería que dirige es que cada módulo cuente siempre “con los mismos profesionales de referencia”.

Esa circunstancia facilitará la creación de un ambiente más hogareño, aunque también está previsto que haya espacios comunes, y que sean los propios usuarios quienes elijan si quieren participar en determinadas dinámicas o actividades. Además, el nuevo complejo zamorano también incluirá un centro de día: “La idea es adaptar toda la asistencia residencial a las nuevas unidades de convivencia”, insistió la consejera de Familia.

De este modo, y de manera progresiva, todas las residencias se irán adaptando a este nuevo sistema, aunque el centro que prevé construir la Junta de Castilla y León en Zamora servirá ya como referencia de ese cambio. Si todo marcha según los plazos previstos y Europa da luz verde a la financiación, una incógnita que Familia confía en resolver sin sorpresas negativas, las obras comenzarían el año que viene. Los plazos de ejecución aún se desconocen, a la espera de más avances.

Isabel Blanco defiende la apuesta por el nuevo modelo “en mi casa”

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, lleva año y medio defendiendo el modelo de atención residencial “en mi casa”. Ya en los inicios de la legislatura, antes de que la pandemia lo pusiera todo patas arriba, la política zamorana incidió en la necesidad de tender hacia un sistema que “haga sentir a las personas el centro de todo”. En ese sentido, Isabel Blanco remarcó la importancia de “avanzar hacia esas unidades de convivencia que dejan a un lado el modelo tradicional de residencias con habitaciones y una gran sala común para pasar a módulos con pequeños pisos o estancias en los que conviven 16 personas”. “Tienen su propia cocina y su propio espacio, pero no solo a nivel arquitectónico, también a nivel de profesionales”, explicó la consejera. Isabel Blanco recordó que los residentes podrán tener “su propio comedor o sala de estar”, y abogó por un cambio que haga que las personas “no se sientan desplazadas y perciban que siguen siendo importantes y que su proyecto vital importa”. Más recientemente, tras la presentación del plan para el ejercicio 2021, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades hizo énfasis en la necesidad de avanzar hacia este modelo, con su implantación progresiva en las residencias donde las instalaciones permiten esta adaptación. Como es lógico, el coronavirus tampoco ha pasado en balde para las personas responsables de la gestión de las residencias, y “ha puesto de manifiesto que los centros residenciales no son hospitales, son viviendas más grandes, pero hogares donde viven personas”, indicó hace unas semanas la propia Isabel Blanco.