Zamora recibirá, con suerte, el próximo lunes 300 dosis de la vacuna de Moderna y una bandeja menos de las de Pfizer contra el COVID, una reducción de dosis que ha obligado a Sacyl a reestructurar el programa inicialmente previsto. La idea era aprovechar el desplazamiento para poner la segunda dosis en las residencias para administrar la primera vacuna a los profesionales de los centros de salud de cada zona básica, señalaron fuentes bien informadas. La escasez de vacunas obliga ahora a priorizar la administración de la segunda dosis en las residencias, por lo que los profesionales de los centros de salud tendrán que esperar a que haya vacunas para poderse inmunizar.

También se retrasará la vacunación al personal sanitario y sociosanitario de primera línea que haya pasado el COVID en los 90 días anteriores a la fecha prevista para la administración de las dosis.

Por otra parte, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha explicado las razones que se esconden detrás de la transferencia de vacunas desde la provincia de Zamora a la de León y que ha costado a este territorio la pérdida de cerca de un millar de dosis. Según la dirigente regional, el único análisis que cabe al respecto es que “tiene sentido que, cuando una provincia tiene muchas vacunas y otra pocas, lo razonable sea equilibrar”. Un razonamiento que refuta directamente el Portal de Transparencia de la Junta, en el que figura que León ha recibido hasta la fecha 21.065 vacunas, por las 10.255 de Zamora. De hecho, cuesta creer el mismo argumento si se tiene en cuenta que la misma práctica se llevó a cabo para enviar dosis desde Palencia a Valladolid y desde Ávila a Salamanca.

Casado, no obstante, ha señalado que la preocupación de la Junta de Castilla y León no está ahora en la redistribución de vacunas, sino en que las dosis lleguen a tiempo para poder continuar con el plan establecido. A día de hoy, la administración regional no se plantea una parálisis de este operativo, pero todo está en manos de que las farmacéuticas cumplan su parte y sigan proporcionando los viales. A este respecto, el vicepresidente Francisco Igea se ha mostrado tajante para pedir al Gobierno de España y a Europa que muestren “contundencia” con la industria farmacéutica para que cumpla sus compromisos.

LA CAPITAL PODRíA TRATAR PACIENTES DE PORTUGAL, SI BAJA LA PRESIóN HOSPITALARIA

La Junta de Castilla y León ha dejado la puerta abierta a recibir pacientes portugueses en los hospitales de las provincias colindantes si la situación mejora de cara al futuro. Ahora mismo, esa opción es inviable, tal y como ha señalado Verónica Casado, dada la elevada presión hospitalaria que sufren los complejos asistenciales como el de Zamora, cuya ocupación se sitúa en el 70%. No obstante, si se reduce esa incidencia epidemiológica en el interior y desde el país vecino continúan necesitando ayuda, Castilla y León “estudiará, por razones de solidaridad, la posibilidad de asumir esos pacientes” de coronavirus.

La respuesta de Casado llega tres días después de que la ministra de Sanidad de Portugal, Marta Temido, lanzara un mensaje de ayuda a la comunidad europea ante el colapso de los hospitales lusos. De hecho, en declaraciones recogidas por Europa Press, Temido aludió a que “en una situación normal, ese movimiento transfronterizo de pacientes ya se da de manera habitual”. En el plan portugués de traslados aparecería Zamora para recibir enfermos del entorno de Braganza, según han confirmado desde el país vecino. No obstante, a día de hoy, eso no es una opción para la Junta.

Por otra parte, Verónica Casado se ha referido al cribado que comienza en Zamora en el día de hoy para la zona básica de salud de Santa Elena. Preguntada por la conveniencia de extender el testeo de manera simultánea para toda la ciudad, la consejera ha aclarado que “los cribados poblacionales están desaconsejados”, a pesar de haberse realizado en otras localidades de Castilla y León a lo largo de los últimos meses.

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