Zamora registra una incidencia de la gripe marginal en las primeras semanas del año, justo el periodo en el que el virus más suele golpear por las bajas temperaturas que se registran. Los datos de la Red Centinela de Castilla y León aseguran que el impacto de la enfermedad en la comunidad, y también en la provincia de Zamora, no es significativo. Durante la semana pasada se registró una incidencia de solo nueve casos por cada cien mil habitantes, lo que viene a significar que unas quince personas habrían contraído la enfermedad en la provincia de Zamora. La tasa acumulada habla de 67 enfermos por cada cien mil habitantes en las últimas semanas, un dato insignificante si se le compara con los registros que deja el coronavirus.

La comparación con el COVID deja ver la magnitud de las cifras. En la última semana registrada, la segunda de este año, por cada enfermo de gripe fueron más de sesenta personas las que se infectaron de coronavirus. Normalmente, a comienzos de año la gripe se encuentra en niveles de epidemia en la provincia de Zamora, algo que ahora no sucede.

El observatorio de la gripe, convertido ahora en Programa de Vigilancia de las Infecciones Respiratorias Agudas y que también analiza el comportamiento del COVID, analiza la incidencia de ambas enfermedades según los tramos de edad. Así, son los menores de cuatro años los que presentan más casos en relación con el volumen total de población existente en la comunidad, lo que no quiere decir que los casos en niños sean los más numerosos. La incidencia disminuye a partir de ahí conforme avanza la edad hasta volver a repuntar en los mayores de 75 años.

Este año, cabe recordar, aumentó de forma sensible la vacunación de la gripe. La Junta hizo un esfuerzo para reducir el posible impacto gripal en plena pandemia por el nuevo coronavirus con la coincidencia temporal de ambas enfermedades respiratorias que, en pacientes en riesgo de complicaciones derivadas de la gripe, podrían ver comprometida su evolución clínica. Los datos indican que la estrategia fue correcta.

LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y UN MAYOR ÉXITO DE LA VACUNACIÓN, LAS CLAVES DE LA SITUACIÓN

La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, se refirió el pasado jueves a la baja incidencia de la gripe en la comunidad autónoma y apuntó a varios factores para explicar la situación. Así, según Casado, hay que tener en cuenta la influencia que están teniendo las medidas de prevención para evitar la propagación del coronavirus, que evidentemente afectan también al virus de la gripe estacional y que dificultan su transmisión entre la población. El uso de mascarilla, cierre de bares y limitación de las reuniones vienen teniendo un efecto fundamental.

También, apuntó la consejera, es destacable que el virus del COVID-19 tiene una capacidad de transmisión mayor que el de la gripe estacional. Es un patógeno más agresivo que “se queda con todo el espectro” una vez está en circulación dentro de un determinado grupo social. Así, parece que el coronavirus se ha “comido” parte del pastel que cada año le corresponde a la gripe estacional. Aunque aún quedan semanas para que finalice la campaña, todo apunta a que 2021 será el año con menos gripe estacional de los últimos, al menos según la estadística oficial.