Con la eliminación del tren madrugador, un zamorano que quiera viajar en tren a Madrid en un día de diario puede llegar a la estación de Chamartín de la capital, como muy pronto, a las 11.04 de la mañana, tras incorporarse a un viaje que parte de la ciudad a las 9.48 horas. El “retraso” con respecto al madrugador es de más de dos horas, e implica que las personas que deban hacer algún tipo de gestión o actividad laboral en la capital del país a primera hora deban buscar una alternativa mucho más compleja o ir a dormir la noche anterior para evitar trayectos nocturnos.

La ausencia desde marzo de un servicio que conecte con Madrid a primera hora es la causa del revuelo que está generando la supresión de este tren, un enfado que ha llevado a algunos líderes institucionales, como el presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, a remitir varias cartas a Renfe para pedir explicaciones y para reclamar que el operador ferroviario reconsidere su postura.

En uno de esos intercambios epistolares, los responsables de Renfe instaron a Requejo a abonar desde su institución el déficit que causaría la puesta en marcha de este servicio, una proposición que el presidente provincial encajó como una tomadura de pelo. De hecho, la Diputación ni siquiera ha valorado esa posibilidad, dadas sus capacidades económicas y el agravio que supondría.