El principal paritorio de Zamora, el del hospital Virgen de la Concha, atendió el pasado año 749 nacimientos, que son 40 menos de los que se produjeron un año antes. Entre ellos, once fueron de gemelos y dos de trillizos, circunstancia esta última que hacía años no se veía por estos lares.

No ha llegado, pues, todavía a los paritorios el repunte de los embarazos propiciados por el mayor confinamiento de la población, una circunstancia que barruntan algunas matronas de acuerdo con su experiencia personal, pero que no se atreven confirmar hasta que los datos estadísticos reales no confirmen sus impresiones. La jefe de servicio de Ginecología, Paloma Ramos, indica también que aún es pronto para saber si el confinamiento puede traducirse en un incremento de los embarazos o los nacimientos.

El posible aumento de embarazos por el confinamiento, aún por confirmar

Constata que “en la última estadística el índice de cesáreas rondaba el 22%”, que es inferior al que se venía dando en años anteriores, aunque está un poquito por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. “Estamos este año trabajando con una adecuación para bajar el índice de cesáreas”, indicó la jefe de servicio, que constató como, a pesar del COVID se ha podido atender a las parturientas en las debidas condiciones de seguridad. “La planta es más pequeña, pero muchas madres, que venían con miedo a lo que se podían encontrar se llevaban una agradable sorpresa”. Salvo en los momentos iniciales, cuando se cerró a cal y canto todo el hospital, las madres también han podio estar en la habitación con un acompañante de su elección, que lo más habitual era que fuese la pareja.

También se ha podido poner la anestesia epidural a todas las mujeres candidatas que quisieran. Ramos pone el acento en que Ginecología está colaborando con el resto del hospital en la lucha frente a la pandemia COVID, pero teniendo muy en cuenta que “no estamos dispuestas a que se deteriore la atención del resto de los pacientes, porque hay que atender todas las patologías y seguir innovando”, una línea que, señala, está en consonancia con lo que propugnan la dirección médica y gerencia del centro sanitario.

Los partos se han gestionado con total seguridad para la madre y el bebé

A la espera de ver si el confinamiento puede provocar un repunte de embarazos como ocurriera con el llamado “efecto 2000” de inicios de siglo, la realidad es que la natalidad en Zamora está de capa caída. La cifra de partos del hospital Virgen de la Concha no es lo mismo que el número de niños nacidos en Zamora, ya que este último indicador, que publicará el Instituto Nacional de Estadística en unos días, ubica el lugar de nacimiento del bebé por la localidad de residencia de la madre.

Es, sin embargo, una buena referencia. E indica que la natalidad lejos de remontar sigue de capa caída. El año pasado hubo 790 nacimiento y el anterior 852. Fue en 203 cuando Zamora bajó de los mil alumbramientos (984), mientas que en 2017 bajó de los 900 (fueron 878).