Zamora Paisaje Natural es la propuesta sobre la que trabaja la capital para conseguir la declaración de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Un marchamo que trasciende el concepto de Patrimonio de la Humanidad, asociado a edificios y conjuntos históricos, para centrarse en la relación que trazan los ciudadanos con ese entorno patrimonial. La riqueza arquitectónica fusionada con los hábitos de la población y su capacidad para adaptarse al territorio. Se trata de la fórmula que desde hace años resulta más viable para conseguir la protección de las Naciones Unidas. Un objetivo que la ciudad se plantea a medio plazo y sobre el que ya trabaja con expertos de todos los ámbitos.

Francisco Guarido y Christoph Strieder han sido los encargados de desvelar la candidatura de Zamora Paisaje Natural. El Ayuntamiento trabaja desde 2016 en la propuesta y ha decidido ahora desvelar los primeros detalles de un documento que deberá engordar a lo largo de los próximos tres o cuatro años antes de presentarse formalmente para entrar en la Lista Indicativa Española, que es el paso previo para que la UNESCO evalúe el conjunto del proyecto.

La capital ha decidido apostar por esta fórmula del Paisaje Natural aconsejada por la Junta de Castilla y León, desde donde han insistido en que la UNESCO ya no proporciona sellos de Patrimonio de la Humanidad. “Ahora se evalúan más criterios que los meramente históricos o arquitectónicos, como son la relación entre el ciudadano y su entorno, las costumbres agrícolas, la fauna, la flora o la impronta histórica que ha dejado la ciudad”, ha señalado el concejal de Turismo, Christoph Strieder.

Zamora ha utilizado la lista de criterios de evaluación del Valor Universal Excepcional para trazar su hoja de ruta que termine con la declaración de Paisaje Cultural. De los diez puntos de ese documento, el Ayuntamiento trabaja con seis de ellos. Por ejemplo, apuesta por atestiguar un intercambio de valores humanos durante un periodo concreto, que trasladado al caso es la relación entre las culturas cristiana y musulmana en torno a la frontera del río Duero entre los siglos IX y XIII.

Asimismo, apuesta por el románico como ejemplo “eminentemente representativo de un tipo de construcción o conjunto arquitectónico”, como dicta la UNESCO, incidiendo en la denominada “industria del románico” que se desarrolló en Zamora en los siglos XII y XIII con el levantamiento de hasta medio centenar de templos de este estilo. La riqueza hidráulica o las fórmulas de cerámica andalusí del valle del Duero entran también en el documento, así como el paisaje geológico mediante el que se observan diferentes fases de la Tierra. Todo ello se completa con las particularidades de la agricultura y la ganadería, el uso de las cañadas y el patrimonio asociado a lo que ahora se considera el sector primario.

Zamora Paisaje Cultural es la gran apuesta del Ayuntamiento para conseguir el sello de protección de la UNESCO, aunque el trabajo que se está desarrollando servirá a la ciudad tanto si el camino llega a buen puerto como si se frustra en un momento dado. “Todo lo que aprendamos sobre la ciudad durante el proceso, nos servirá para conocer y proteger nuestro patrimonio de cara al futuro”, ha indicado Strieder.