Once obras que repasan la trayectoria artística de la escultora zamorana Ana Prada desde los inicios de su carrera en 1994 se pueden disfrutar en la sala 2 del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). Bajo el título “Todo es otro”, la exposición también dispone entre sus piezas de un par de ellas realizadas especialmente para el proyecto y una intervención específica con la arquitectura del museo.

La propia artista explica el título de este proyecto, que parte de la fascinación por lo “otro”, indicando que “en el juego complejo de implicaciones mutuas que es la comunicación, siempre nos olvidamos de la verdadera inestabilidad de las cosas y los significados. Busco establecer una comunicación defectuosa que deje sumido al receptor en un estado de incertidumbre o doble comprensión respecto a qué clase de mensaje es el que se presenta”, revela.

Su obra logra crear un cierto grado de complicidad con el espectador a través del descubrimiento y del absurdo

Según la crítica, la obra de Prada “parte del apropiacionismo, la transformación y resignificación de objetos cotidianos extraídos del ámbito doméstico —tazas, pelotas de golf, chicles y hasta cuchillos— para construir estructuras geométricas complejas, a veces de escala monumental”. Es la excusa perfecta para hacer una reflexión sobre el la transformación de estos objetos en sujetos escultóricos, “además de los problemas físicos de la materia y la creación de espacio a través de cuestiones como el volumen, la medida , la simetría y la solidez”, se detalla.

De esta manera, se crea un cierto grado de complicidad con el espectador a través del descubrimiento y del absurdo. “El volumen escultórico, la medida y el material generan espacios y planos de perspectiva para el observador. Lo que en la distancia puede parecer una retícula, un tótem o un cubo, en el plano cercano se desvela como un conjunto de cucharas o botes de plástico desprovistos de su función utilitaria”, se señala. La búsqueda de objetos, texturas, materiales y colores “no es una asociación casual, sino el resultado de un proceso de experimentación, donde las propiedades de los elementos se subordinan a la obra de arte. Ana Prada lleva los materiales al límite de su frontera física de carga, pesos y fuerzas”, se destaca.“Monocromo culinario” o “Trenza rosa, XL” son algunos ejemplos de exposiciones anteriores de Prada con obras en esencia efímeras de estos objetos de uso diario, la mayoría pertenecientes al ámbito doméstico, como la cocina, los armarios, el cuidado del cuerpo... “Los objetos de los que parte Ana Prada pertenecen al universo de los productos de consumo de masas. Se trata de utensilios “pobres”, industriales, de utilidad inmediata y pervivencia limitada, que la artista “manipula y transforma mediante cortes, yuxtaposiciones, encuentros, repeticiones y seriaciones rítmicas”, se detalla.

La exposición se podrá visitar hasta el 28 de febrero, junto a otras propuestas de creadores de Castilla y León

En este sentido, y teniendo en cuenta el material, la forma y las particularidades de cada objeto seleccionado para sus obras, puede recodar a corrientes como el surrealismo, el dadaísmo, el minimalismo, el arte pop, el kitsch o incluso el arte conceptual.

Con esta forma de trabajar, “Prada consigue activar los objetos de partida con cargas emocionales, formales o psicológicas, para que la obra final se enriquezca con situaciones perceptivas ambiguas, sensuales, irónicas y hasta humorísticas, que dejan la percepción y la cotidianeidad en estado flotante”, se describe. La propia artista señala que su trabajo lleva implícita la posibilidad “de trastocar la realidad en favor de puntos de vista nuevos”.

Selección de piezas de la escultora zamorana Ana Prada para la muestra “Todo es otro”, del Museo de Arte Contemporáneo.

Hasta el 28 de febrero se puede visitar “Todo es otro”, de miércoles a viernes, de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, mientras que los fines de semana y festivos el horario es de 11.00 a 15.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas.

Se trata de una iniciativa del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León que, con motivo de la celebración de su décimo quinto aniversario, se ha centrado en mostrar las propuestas de diferentes artistas de la comunidad. Así, junto a la zamorana, las salas 2 y 3 del museo acogen piezas de la artista multimedia de origen burgalés Paloma Navares, mientras que el proyecto “Tráfico de arte. Galería, ciudad y periferia” pone el foco en la intensa actividad artística generada entre los años 1990 y 2007 en torno a esta galería y espacio de producción leonesa. La palentina n, con su “Intervalo lúcido. Consciencias del espacio” completa esta selección artística.