"Por fin vemos luz al final del túnel porque no aguantamos más". Son las palabras de las enfermeras Lorena Fraile y Sandra Alonso, dos de las encargadas que han asistido esta mañana a la llegada de las dosis de vacunas contra el coronavirus en la residencia de los Tres Árboles, en Zamora capital. A pesar de "la dureza" de la pandemia, "estamos al pie del cañón y a tope", esgrimen las enfermeras, para las que lo más difícil de esta histórica vacunación es el proceso de reconstrucción de la vacuna. "Estamos acostumbradas a que las dosis vengan recargadas en una jeringuilla y solo tener que sacarla y pinchar, entonces ahora tenemos que reconstituirla y eso nos costará un poco al principio, pero enseguida lo haremos más fácil".