La reparación de los daños en la infraestructura ferroviaria ocasionados por el accidente del tren Alvia en La Hiniesta el pasado 2 de junio costó 1,8 millones de euros al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), según figura en el importe de los tres contratos que fue preciso firmar por vía de urgencia, de 1,5 millones más IVA, que fue preciso firmar para reparar cuanto antes los desperfectos causados por el convoy tras chocar con el Land Rover que había caído a la vía desde la carretera provincial cercana.

La descripción de los daños figura en un informe de ADIF que justifica la adjudicación de los contratos “Al impactar el tren con el vehículo se produce el descarrilamiento de la locomotora, produciendo desperfectos en la vía convencional, armada con traviesas RS de hormigón bibloque y carril de 54 kilogramos/metro, así como en la vía paralela de acceso a la base de mantenimiento, armada con traviesa polivalente PR-01 y carril de 54 kilogramos metro. Ambas vías resultan dañadas en unos 500 metros de longitud, además del escape existente entre ambas vías, formado por dos desvíos a izquierdas tipo C y tg 0,09. Ambos desvíos resultan dañados, llegando incluso a romperse el corazón de los mismos, por lo que no es posible el aprovechamiento” de sus partes.

La reparación necesitó distintas actuaciones, como la “toma de datos topográficos y marcaje de los mismos, para el establecimiento de referencias, levantamiento y desguace de ambas vías (mil metros de vía aproximadamente, entre vía general y vías de apartado de la Base de La Hiniesta), levante y desguace de los dos desvíos que forman el escape, la retirada a vertedero del balasto de ambas vías, montaje y asiento de vía con traviesa PR-01, montaje de carril de 54 kilos/metro en barras de 18 metros, soldaduras y neutralización necesarias para la formación de barra larga, montaje de dos nuevos desvíos tipo C, tg 0,09, embalastado y nivelaciones con maquinaria pesada necesarias para alcanzar la primera y segunda nivelaciones”.

Los materiales empleados serán balasto tipo 1 procedente de cantera, carril de 54 kilos por metro y traviesas polivalentes y dos desvíos.

Además fueron necesarias actuaciones en instalaciones, al margen del armamento de la superestructura. Para las instalaciones de seguridad fue necesario sustituir dos balizas, una señal baja, dos accionamientos de desvíos, tres pedales de los contadores de ejes, varias cajas de terminales, reposición de cables y empalmes, reposición de arquetas, sustitución de varias unidades de canaleta y reposición de cable de fibra óptica”.

Al estar la vía cortada, debido a los desperfectos ocasionados con el descarrilo del tren, la renovación se realizó de manera integral. Se aprovechó también que estaba previsto un corte de la vía entre Zamora y Galicia por las obras del AVE para realizar de forma conjunta tanto las actuaciones de reparación del tramo del accidente como la realización de otros trabajos previstos.

Fueron necesarios tres contratos diferentes para reparar los desperfectos y poner las vías de nuevo en disposición de atender el tráfico ferroviario entre Zamora y Galicia. Un primer lote consistió en las actuaciones en la vía, adjudicados por 1.207.500 euros, IVA excluido, a Tecsa empresa constructora. Se eligió esta firma porque cuenta con medios técnicos, humanos y maquinaria ya implantados en la zona y ha realizado actuaciones similares satisfactoriamente.

Un segundo contrato, de 241.500 euros, al que habría que añadir el IVA se refiere a la reposición de las instalaciones de seguridad y fue adjudicado a la empresa Thales España prácticamente por las mismas razones que a la anterior y que, como ella, es ya miembro de la UTE adjudicataria del contrato de mantenimiento. Y algo parecido ocurre con el tercer adjudicatario, de la asistencia técnica, que fue INGE (Instrumentación Geotécnica y Estructural).

Los datos en la infraestructura no fueron los únicos provocados por el accidente, que tuvo su mayor coste en la vida humana que se llevó por delante, el del maquinista en prácticas, así como el conductor del vehículo que cayó desde el paso elevado de la carrera de La Hiniesta.

Además hay que contabilizar los datos ocasionados en el material rodante, una doble composición con cuatro locomotoras y cerca de una docena de coches que resultaron daños en mayor o menor medida. El coste de dos trenes Alvia de estas características ronda los 21 millones de euros, aunque buena parte del material podrá ser reparado para su vuelta a la circulación.

Y además hay otros costes, como los de retirada del material rodante que llevó a cabo una empresa zamorana, los propios trabajos de ADIF para rescatar uno de los trenes que quedó encarrilado o todo el dispositivo de fuerzas de seguridad y sanitario que acudió al lugar del siniestro.