Hay villancicos que resuenan en los corazones sin necesidad de música ni rima en su letra. Que transmiten mejor que ninguna canción el espíritu auténtico de la Navidad. Este año 2020 pretendía dejar mudas las voces infantiles del Colegio Nuestra Señora del Rocío que, por estas fechas, celebran su festival de villancicos. La pandemia ha prohibido esas reuniones multitudinarias en las que madres, padres, abuelos, asistían a una puesta de escena única por más que repetida cada año. La voluntad, sin embargo, allana todas las trampas puestas por un virus letal que amenaza con destruir nuestro modo de vida.

Por eso, este año, las voces de los alumnos del colegio Nuestra Señora del Rocío han llegado más lejos que nunca y han viajado al interior de muchos zamoranos. Una comitiva de alumnos armados con una flor y una tarjeta inundó la ciudad con un mensaje: Gracias por el papel desempeñado durante la pandemia, cada cual, en su campo de batalla.

El villancico más sonoro no tiene música

El villancico más sonoro no tiene música

El villancico más sonoro no tiene música

El villancico más sonoro no tiene música

Los pequeños acudieron a primera línea. Fueron recibidos en la rampa del Hospital Virgen de la Concha por la directora de la UCI, a la puerta del centro donde muchos zamoranos mantienen esa tenaz lucha por salir adelante. También se personaron en Cruz Roja para agradecerles el apoyo prestado en tiempos de necesidad. Policía Municipal, Guardia Civil, medios de comunicación como LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, tuvieron el reconocimiento de los alumnos por proteger nuestra seguridad, por garantizar la información... La emoción se desbordó durante el recorrido por las calles del barrio de San José Obrero: la farmacia, la tienda de alimentación, la charcutería, el bar... Otros frentes indispensables que recibieron el homenaje de sus hijos, sus nietos que son alumnos del colegio. Los niños recordaron las tardes de aplausos del confinamiento. Estos días, los aplausos son para ellos, por la mejor actuación de curso en una Navidad distinta, que también merece ser recordada.