“No hay segundas residencias”. Con esta contundencia, el presidente Alfonso Fernández Mañueco ha lanzado un mensaje claro a quienes estuvieran pensando en un cambio de aires navideño sin familia de por medio. El problema de las segundas residencias fue una constante a lo largo de la primera ola del coronavirus y por eso la Junta de Castilla y León ha querido cubrirse las espaldas de cara a las fiestas navideñas. Y es que tan solo se permitirá la entrada a la comunidad autónoma a quienes vayan a visitar a familiares o tengan en ella su residencia habitual, de manera que cualquier otro tipo de fórmula está fuera de la normativa.

El presidente de la administración regional ha sido el encargado de anunciar la batería de medidas que regirá a lo largo de las próximas semanas para evitar un fuerte impacto de la temida tercera ola y lo ha hecho lanzando un mensaje claro a la ciudadanía. “Lo más importante es la responsabilidad individual, la prudencia y la coherencia”, ha señalado. Una confianza en el ciudadano que, sin embargo, se apoyará en una serie de imposiciones como la reducción de aforos que llega hasta los cultos, tradicionales en esta época del año. “Las celebraciones religiosas y los diferentes cultos estarán limitados al 50% del aforo y estará terminantemente prohibido cantar dentro de esos recintos”, ha aclarado el presidente de la Junta de Castilla y León.

Mañueco, por otra parte, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para no relajar las medidas de seguridad incluso cuando se empiece a suministrar la vacuna del coronavirus. El presidente ha señalado que todo el operativo montado en torno a las fiestas tiene por objetivo “proteger la vida y la salud de las personas de la comunidad”, por lo que ha llamado a “tener toda prudencia en el contacto social y evitar aquellas cuestiones que puedan poner en riesgo y en peligro a la población”. A este respecto, ha querido aclarar que Castilla y León “no puede cometer el mismo error que durante el verano”, porque eso supondría la irrupción de “una tercera ola” que la administración quiere frenar a toda costa.