449 días después del fallecimiento de Gregorio Martínez Sacristán, Fernando Valera Sánchez ocupará hoy la cátedra de Zamora como nuevo obispo de Zamora. El sacerdote murciano será ordenado prelado y tomará posesión en la Catedral de Zamora en una ceremonia que comenzará a las once de la mañana y que tendrá una duración aproximada de dos horas.

Acto de ordenación del nuevo obispo de Zamora Fernando Valera en el interior de la Catedral.

La ceremonia contará con 300 invitados, una cifra que cumple el protocolo anticovid, según el aforo de la Catedral

Los actos se celebrarán ante la mirada de los alrededor de trescientos invitados a la toma de posesión, una cifra no exenta de polémica pero que, apuntan desde la Diócesis de Zamora, cumple con las medidas para luchar contra el COVID. Con el aforo de los lugares de culto restringido al cincuenta por ciento, la Catedral aún estaría en condiciones de acoger a 200 invitados más y seguiría cumpliendo los protocolos, apuntan las mismas fuentes.

Monseñor Valera saldrá de la casa anexa al Palacio Episcopal minutos antes de las once de la mañana. En el atrio de la catedral el deán, José Ángel Rivera, le ofrecerá la Cruz de Carne, que venerará con una inclinación. Una vez en el interior el obispo electo rezará ante la capilla del Santísimo y frente a la tumba de su predecesor, ubicada en el trascoro. Después se revestirá en la sala capitular para caminar, con el resto de obispos y sacerdotes, hasta el altar. La celebración estará presidida por el nuncio Bernandito Auza. En el altar habrá otros cinco obispos, el máximo posible para que se respete el metro y medio de distancia entre personas.

El nuevo obispo de Zamora recibirá los llamados signos episcopales —el pectoral, la mitra, el báculo y el anillo, regalo de los formadores del seminario de Murcia— y, ya ordenado, tomará posesión de su nuevo cargo con el gesto simbólico de sentarse en la cátedra. Allí recibirá el afecto de los obispos asistentes, que uno a uno subirán al altar.

Valera se tendrá que enfrentar a una diócesis que languidece presa del envejecimiento, la dispersión y la ausencia de sacerdotes

Fernando Valera se tendrá que enfrentar a una diócesis que languidece presa del envejecimiento, la dispersión y la ausencia de sacerdotes en muchos pueblos zamoranos. Será además el encargado de lidiar con la Semana Santa de Zamora, una tarea siempre complicada en una ciudad que presume de tener una de las celebraciones con más arraigo del país. Valera aterriza además en Zamora en una de las situaciones más complicadas de los últimos años, con decenas de familias llamando a las puertas de las iglesias para cubrir sus necesidades.

Crónica de la ordenación: Fernando Valera ya es obispo de Zamora

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