Cuenta ya las semanas para asumir su nuevo cargo, mientras se despide de la parroquia de Cartagena, donde trabaja desde hace años. Ferrando Valera, el nuevo obispo de Zamora, ha realizado sus primeras declaraciones sobre su futuro en la diócesis a la revista Ecclesia de la Conferencia Episcopal, a las que ha tenido acceso LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Sus planes a corto plazo pasan “por conocer y aprender, ya que voy a una iglesia milenaria con profundas raíces”, reconoce.

Valera ha visitado recientemente esta tierra, tan solo unos días después de conocer la noticia de su nombramiento, en previsión de que pudiera haber un confinamiento que le impidiera el viaje. Su primer encuentro en la Casa de la Iglesia lo describe con satisfacción. “Me acogieron con profunda alegría y con gran cariño tanto los sacerdotes como los laicos que allí estaban”, agradece.

Recuerda en esta entrevista a la revista Ecclesia cómo fue el anuncio de que iba a ser el sustituto en Zamora que Gregorio Martínez Sacristán. “Habíamos terminado el rezo del rosario en el seminario y recibí una llamada del nuncio, Bernardito Auza. Tuve que preguntarle si realmente era él cuando me dijo que el papa Francisco había pensado en mí para que pastoreara la diócesis de Zamora”, asegura.

Todavía quedan tres semanas para que acceda a su nuevo cargo, pero Valera ya tiene claro algunos aspectos que piensa tratar. “Yo llego a trabajar vocacionalmente con los sacerdotes, con el equipo del seminario y con los seminaristas. Quiero vivir y compartir la alegría de ser sacerdote para sembrar luz por la diócesis, una tarea muy hermosa que me ilusiona trabajar. En el plano vocacional implica estar disponible para quien nos necesite”, subraya.

Respecto al rito de la ordenación, este se puede ver afectado por la actual crisis sanitaria, por lo que se barajan diferentes opciones. Es el mismo Fernando Valera quien en la entrevista ofrecida a la revista de la Conferencia Episcopal desgrana las alternativas: desde un aforo al 50% —o incluso de tan solo un tercio— hasta realizar el acto de forma privada, con la presencia de tan solo 25 personas, con una retransmisión en directo. “Será como Dios quiera”, reconoce finalmente el sacerdote, puesto que es consciente de que “hay mucha gente que está sufriendo a causa del coronavirus, por eso hay que sacrificarse y vivirlo con profundidad y agradecimiento, independientemente de cómo nos toque hacerlo”, razona. En medio de esta pandemia, añade que la Iglesia “debe estar para sanar las heridas en este tiempo tan duro” de todos los afectados.

LA LEY CELAá, UNA NORMA “RESTRICTIVA”, QUE “EXCLUYE E IDEOLOGIZA”

Además del nuevo rumbo que va a tomar su vida dedicada a los demás con el nombramiento como nuevo obispo de Zamora, la revista Ecclesia también le ha preguntado a Fernando Valera por la actualidad, donde destaca esto días la reforma educativa llevaba a cabo por el Gobierno. “Es una norma restrictiva, excluyente y que ideologiza”, describe sobre la conocida como Ley Celaá. Y es que para Valera, en materia de educación “siempre está la tentación de colonizarla ideológicamente y es una pena que en España no haya un gran acuerdo para que haya una Ley de Educación que traspase partidos”, lamenta. Pena y tristeza en lo que afirma sentir por una normativa que arrincona a la asignatura de religión. “En un país donde tenemos una raíz muy profunda en la fe católica, querer negar eso es reducir al hombre y a la persona”, añade.

En la entrevista del medio de la Conferencia Episcopal se le pregunta también por aspectos tan arraigados en Zamora como son el arte románico y la Semana Santa. A esta última la describe como “sobria, de hondas raíces y con procesiones muy diferentes a las que se viven aquí, en Murcia”, compara, revelando que tiene “muchas ganas” de conocer cómo se vive la Pasión castellana, , “aunque no sé cómo podremos vivirla este año, debido a la pandemia”, advierte.

Por otra parte, se confiesa un enamorado del románico, estilo artístico del que hay enormes ejemplos en la provincia por lo que considera que la diócesis “ya está presente en mi corazón”.