El ábside de la iglesia de Santa Marta de Tera se ha hecho hueco en la capital, en pleno Mirador de San Cipriano. Al menos, en forma de trampantojo. El Ayuntamiento de Zamora ha concluido un nuevo mural en la pared del albergue de peregrinos que se sitúa frente al templo románico que da nombre a la zona. Un trabajo realizado por Carlos Adeva en el que se ha reproducido con pulcritud una de las construcciones más icónicas del Camino de Santiago a su paso por la provincia. No falta detalle. La pintura incluye los tres ventanales con arcos de medio punto y la composición ajedrezada que hace tan singular el conjunto. A ello hay que añadir el óculo por el que penetra la luz equinoccial y que cada año atrae a decenas de curiosos hasta este lugar de la comarca de Los Valles.

El nuevo mural ejecutado por el Ayuntamiento de Zamora se enmarca dentro del plan de la Concejalía de Barrios para embellecer fachadas condenadas al ostracismo y poner de relieve aspectos de la cultura popular. Junto al de San Cipriano, recientemente se ha finalizado otro mural en Trascastillo, en pleno barrio de Olivares, realizado por el artista Woka. La obra representa dos piezas de la cerámica de la zona, como son un plato o fuente de boda y una jarra. Todo ello, coronado con un azulejado en el que se lee la nomenclatura del barrio. Las piezas que ahora lucen en la pared se encuentran en depósito en el Museo Etnográfico de Zamora y toda la información relativa a ellas procede de una “exhaustiva investigación” del historiador Eduardo Velasco, tal y como han señalado fuentes municipales a la conclusión de los trabajos.