La escultura de Eduardo Barrón “Adán después del pecado” que preside desde ayer la plaza de Sagasta, se convierte en el nuevo icono del legado del escultor Eduardo Barrón en la capital zamorana. La obra representa un desnudo masculino fundido en bronce y estará vigilada por un sistema de cámaras de seguridad conectadas directamente con el cuartel de la Policía Municipal, para evitar ser objeto de actos vandálicos.

La figura, que protagonizó ayer un breve acto de descubrimiento en su nuevo enclave, es una estatua de 2.10 metros de altura, que se levanta sobre un pedestal de mármol rosáceo de 1,40 metros. Con anterioridad, la escultura estaba en el vestíbulo central de la oficina principal de la antigua Caja España en Zamora y ha sido cedida gratuitamente para su exposición en este lugar público de la ciudad, en virtud del convenio de colaboración suscrito a finales del pasado año entre Fundos y el Ayuntamiento. La obra “Adán después del pecado”, se suma a la estatua de Viriato como representación de la obra del escultor de Moraleja del Vino en la ciudad. Sobre la ubicación elegida, la plaza Sagasta permite que la obra sea contemplada en el punto de confluencia de tres de las calles más transitadas del casco histórico, como son las de Santa Clara, San Torcuato y la calle Renova.

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, manifestó ayer su agradecimiento a la Fundación heredera de la antigua Obra Social de Caja España, porque no solamente posibilitará a todos los zamoranos y visitantes de disfrutar de esta gran obra del escultor zamorano, que ya cuenta “con la que es sin duda la escultura más representativa de la ciudad, como es la estatua de Viriato”, sino que además ha cedido también el depósito otras siete obras de Baltasar Lobo (tres esculturas de pequeño formato y cuatro grabados) que se depositarán en el futuro museo, contribuyendo a realzar de esta manera la obra de dos de los más grandes artistas que ha tenido Zamora, como son Eduardo Barrón y Baltasar Lobo.

El director general de Fundos, José María Viejo, mostró también su satisfacción por la colocación de la estatua y su cesión a la ciudad, una acción que pone de manifiesto “el inequívoco compromiso de la Fundación Fundos con la ciudad y la provincia de Zamora”. Una vinculación que se concretará en nuevos proyectos como la reapertura del Auditorio Fundos ‘La Marina’ y el futuro Centro de Arte y Artistas Zamoranos que contará con una colección permanente de obras. Tanto el alcalde como el director general de Fundos destacaron además el entendimiento y colaboración entre ambas instituciones que se ha materializado también en otros acuerdos importantes, como el arrendamiento del local de la calle de Santa Teresa utilizado como sede del Centro de Pensionistas y Jubilados y de asociaciones de carácter social de la ciudad, o la cesión gratuita de los locales que ocupa la Biblioteca Municipal de San José Obrero.

El escultor zamorano Eduardo Barrón creó este bello conjunto escultórico en 1904 con el que recibiría la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. A partir del modelo en escayola se hicieron dos vaciados, uno para el Ateneo de Madrid y el otro, el que ya preside la plaza de Sagasta. La obra tiene influencias del Renacimiento, pero también del impresionismo y simbolismo.