El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Zamora, Juan Prieto Corpas, indicó que la Consejería de Sanidad no considera de momento necesaria la intervención de las oficinas de farmacia para la realización de test de antígenos y por su parte los profesionales tampoco van a pedir asumir esa competencia, aunque ambas partes han quedado de acuerdo en mantener el contacto y activar un protocolo de actuación en caso de que la sanidad pública considere necesario recurrir a los boticarios para la realización de los diagnósticos.

Juan Prieto Corpas indica que la situación de las farmacias de la provincia y la comunidad no es comparable a las de otras comunidades, tanto por el número de oficinas como por la labor que llevan a cabo, que se considera imprescindible y por tanto no se quieren incrementar los riesgos de posibles contagios que obligarían a clausurar en su caso las farmacias afectadas.

Es el resultado de la reunión autonómica mantenida por los farmacéuticos con la Dirección General de Salud Pública, que terminaba ayer tarde, pero cuyo resultado ya se dejaba intuir a mediodía en las palabras de la consejería de sanidad.

Y es que la consejera de Sanidad, Verónica Casado, abrió la puerta a que las farmacias puedan realizar las pruebas de antígenos siempre que se den unas condiciones de bioseguridad y personal que, en principio, dejarían fuera a prácticamente todas las farmacias de la provincia.

Requisitos

Las condiciones para las farmacias que vayan a hacer pruebas de antígenos son las mismas establecidas por la Comisión Europea y el Gobierno central, y se resumen en contar con un entorno bioseguro, una doble entrada para pacientes COVID y no COVID, que sean oficinas acreditadas para pruebas de laboratorio, que cuenten con toda la dotación necesaria para proteger a los profesionales y que dispongan de personal sanitario “entrenado en esta técnica”.

De acuerdo a las fuentes consultadas por este diario las exigencias de la Junta dejarían fuera de la posibilidad de hacer test de antígenos a prácticamente todas las oficinas de la provincia. Por ejemplo, sólo tres farmacias disponen en la capital de dos entradas para diferenciar ambos circuitos. Y farmacias acreditadas para pruebas de laboratorio solo hay una en toda la provincia. Por no hablar de conceptos poco concretos, como el “entorno bioseguro” o la cualificación que se exigiría al personal para realizar las pruebas.