Ahogados, al límite, al borde de la quiebra y señalados. Sobre todo, señalados. El sector de la hostelería, el que se está llevando la peor parte de la crisis económica dentro de esta segunda ola, se ha cansado de ceder y ha pasado al contraataque. La plaza de la Constitución fue el lugar escogido para escenificar un enfado que ya ha traspasado todos los límites. Allí, más de un centenar de profesionales quiso hacer ver su malestar ante las instituciones. Cualesquiera que sean. Frente a ellos se encontraba la Subdelegación del Gobierno, a cuyo máximo representante pidieron explicaciones. Pero también apuntaron hacia la Junta de Castilla y León, que fue quien decretó el cierre hace ahora una semana, así como al Ayuntamiento de Zamora, al que reprochan que siga cobrando tasas e impuestos mientras permanecen sin trabajar.

(La Junta ha anunciado este viernes las ayudas que ofrecerá a la hostelería)

La convocatoria programada para la jornada de ayer encontró un éxito de asistencia. Por primera vez, como señalaron los responsables de Azehos, se ha visto unidad en un sector que no aguanta más bofetadas en este año 2020. Propietarios de bares y restaurantes, pero también camareros, distribuidores, tenderos y clientes quisieron sumarse a una protesta para decir “basta”. Y quienes protestaron no eran solo los de la capital, sino que llegaron hosteleros enfadados desde todos los puntos de la provincia, como Benavente, Toro o Sanabria. “Lo primero es conseguir unidad para después poder actuar”, clamó Óscar Calzada, representante del ocio nocturno de la capital. Y el primer paso está dado.

Pancarta de uno de los manifestantes. | Jose Luis Fernández

Fue Óscar Somoza, presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería, el encargado de tomar la palabra frente a las más de cien personas congregadas a las puertas de la Subdelegación del Gobierno. Una ubicación para la protesta, por cierto, obligada tras no recibir los permisos para concentrarse frente a la Junta de Castilla y León, según declararon los convocantes. “No estamos aquí para pedir nada a nadie, sino para exigir”, dejó claro Somoza al inicio de su intervención. En este sentido, el representante de los hosteleros quiso destacar que el sector “ha sido el motor económico del país durante los últimos 60 años” por lo que, a su juicio, “es el momento de devolver ese favor”. Y eso tiene que ocurrir a través de un plan específico para evitar un “cierre masivo” de los establecimientos.

Las medidas tomadas durante las últimas semanas por las administraciones no han gustado a los hosteleros, quienes reclamaron ayer una apuesta decidida por las rebajas fiscales cuando se produzcan restricciones de este tipo. Gritos de “queremos trabajar” ocupaban los silencios de un Somoza que valoró las diferentes acciones de las instituciones como un “cuentagotas que se produce tarde, mal y nunca”. Todo ello, antes de poner el foco en el ocio nocturno, “al que se está demonizando, pareciendo que el virus ataca más de noche que de día”.

La concentración no solo congregó a hosteleros, sino que ciudadanos de otros sectores o simples clientes quisieron también sumarse a la iniciativa para apoyar a una actividad que se está llevando la peor parte de las restricciones en estos meses de otoño. Bajo lemas como “Sin ayudas, nos arruinan” o “No somos una amenaza, somos parte de la solución”, el gremio dejó claro en la jornada de ayer que está harto de una “criminalización” que se puede llevar por delante no pocos negocios de los que persisten en la provincia de Zamora y que están en grave riesgo de bajar la trapa para siempre.

Testimonios de los hosteleros de Zamora.

La reacción de los hosteleros zamoranos: "Van a acabar con nosotros".