“Una buena noticia”. Así califica el experto Juan José Badiola el anuncio realizado por su colega, el también veterinario Albert Bourla, de origen turco y CEO de la compañía Pfizer, sobre el éxito de los primeros ensayos de la vacuna contra el coronavirus.

–¿Qué opina del anuncio de la nueva vacuna contra el coronavirus realizado por Pfizer?

–Es una buena noticia, porque los resultados comunicados dan una eficacia del 90%, que es mucho, están por encima de los de la vacuna de la gripe. Para la elaboración han utilizado una técnica nueva, que no se basa en utilizar virus vivos o atenuados –que siempre tienen riesgo de reactivarse– sino el ARN mensajero molecular de los que intervienen en la multiplicación del virus. El inconveniente es que son dos dosis que se han de administrar con veinte días de diferencia y que hay que conservarla a muy baja temperatura, a 70 grados bajo cero. Si se confirma la eficacia y la seguridad, está muy bien, siempre que la duración de la inmunidad sea de por lo menos un año.

–¿Es demasiado optimista la previsión del ministro Illa de contar con la vacuna para principios del año que viene?

–No, yo creo que las dosis las tienen fabricadas ya, porque el que primero se posicione tiene las de ganar. Hay una empresa como Pfizer que dice al Gobierno español, al alemán, el italiano o al que sea: Yo ya tengo las dosis, ¿cuántas necesita usted? Al principio se va a vacunar a los grupos de riesgo, sanitarios y personas mayores, sobre todo a quienes tengan patologías previas. Esa va a ser la cadencia de uso, no todo el mundo se lo va a poner. Pero en cualquier caso parece que España, por su población, tendría diez millones de dosis. Se empezaría a vacunar después de Navidad, antes lo veo muy difícil. Y después ¡ojo!, el Gobierno español y las comunidades tendrán que establecer la logística, sitios para mantener la vacuna a esa temperatura y después saber los centros de salud que van a vacunar a ver como la conservan. Hay un problema logístico, pero la obligación del sistema sanitario es hacerlo bien.

–¿Por qué cree que Pfizer se ha adelantado en la carrera de la vacuna?

–No deja de ser un anuncio propagandístico, política de empresa, porque ellos saben que hay otras que están en fase muy parecida a la suya, como la de AstraZeneca, la de Oxford y dos americanas, Moderna y Janssen, que van a pasar al contraataque y seguramente en poco tiempo tendremos otros anuncios de nuevas vacunas. Por cierto, la de Janssen se va a fabricar en parte aquí en España, en la empresa Zendal de Porriño en Galicia, que ahora mismo produce vacunas animales. Hombre, tampoco es un anuncio convencional y Pfizer y la alemana Biontech son empresas serias.

–En pleno azote de la segunda ola del COVID, la vacuna es una esperanza, ¿no?

–El valor que tiene es que ha supuesto un pistoletazo de salida en un momento además en el que estamos un poco deprimidos por la cantidad de casos y la dificultad de mantener a raya la pandemia con procedimientos convencionales. Porque, por muchas medidas que pongas de confinamiento, de cerrar bares, restaurantes, el ocio y no se qué, al final la pandemia sigue haciendo de las suyas. Ya se sabe cómo es la gente y seguramente haya contagios que no se sabe muy bien de dónde vienen. En esta situación de depresión europea, no solo española, este anuncio es esperanzador.

–¿La aprobación por parte de la Unión Europea puede retrasar la llegada de la vacuna?

–Faltan detalles, ellos tienen que refinar su propuesta y sobre todo para usarse en Europa tienen que lograr que la Agencia Europea del Medicamento la apruebe. Debe comprobarse que la eficacia es correcta y que no hay riesgo de seguridad, los posibles problemas que produzca la propia administración de la vacuna y también que la duración de la inmunidad sea, como mínimo, de un año. Y estas agencias son muy exigentes.

–¿Habrá vacunas para todos?

–Parece que serán primero sanitarios, personas mayores y con patologías previas y el resto, si las cosas van como parece, se produciría en el primer trimestre de este año entrante, en febrero o marzo. Así se eliminará el riesgo de tener un tercer rebrote que nos pillaría hechos polvo, no solamente en la sanidad, sino en la economía y en la vida social también, que la gente está harta. En este momento, necesitamos un sistema nuevo y la opción es la vacuna, no hay más. No va ser obligatoria, será gratuita porque la mitad del coste lo pagará la Unión Europea y la otra mitad el Gobierno español. Y también habrá gente que no se quiera vacunar por distintas razones, por miedo o por otros motivos. Los que somos conocidos tendremos que servir de ejemplo.