La escultura de Eduardo Barrón “Adán después del pecado” estará instalada en la plaza Sagasta dentro de diez días. Este es el plazo que baraja el Ayuntamiento de Zamora para que concluya la colocación de la estatua, una vez que se han iniciado los trabajos para construir la peana que servirá para ubicar la obra.

El soporte que ya han comenzado a levantar los operarios tendrá una altura de 1,40 metros y remates en mármol rosa. De momento, cuatro vallas perimetrales ocultan estos preparativos de los ojos de los viandantes.

El traslado de la escultura, que se encontraba pendiente desde hace meses, transformará la fisonomía de este céntrico enclave del casco urbano. La espectacular escultura del autor zamorano, realizada en bronce, tiene una altura de 2,10 metros, que sumados a los 1.40 metros de la peana pasarán a presidir y acaparar todas las miradas en una de las plazas más emblemáticas de la capital.

En concreto, la estatua se colocará en el centro de la citada plaza, en la que se puede considerar que confluyen hasta cinco calles: Santa Clara, San Torcuato, Viriato, Quebrantahuesos y Renova. La colocación de la estatua requerirá a su vez la instalación de cámaras de videovigilancia para controlar posibles actos vandálicos sobre este patrimonio.

"Adán después del pecado" de Eduardo Barrón L.O.Z.

Tras una donación

La obra ha sido donada por Fundos, la fundación heredera de las fundaciones de la antigua Caja España, mediante un acuerdo de cesión. Un grupo de artistas zamoranos ya había solicitado hace nueve años la obra de Eduardo Barrón ante el riesgo de que las fusiones de las cajas de ahorro, puesto que la obra era propiedad de la entidad España-Duero, pudieran llevar la escultura fuera de Zamora.

El Ayuntamiento de Zamora se hará cargo del transporte y de los seguros de responsabilidad que procedan. La idea inicial consistía en colocar la obra del escultor de Moraleja del Vino en la zona ajardinada, frente al antiguo edificio de los almacenes García Casado. Sin embargo, el Ayuntamiento ha optado por darle protagonismo único a la escultura en la confluencia con la calle Viriato, una de las rúas modernistas más elegantes de toda la ciudad.

Las obras de colocación de la pieza ponen fin a una larga aspiración del Ayuntamiento en torno a una obra de exquisita factura, que ya fue protagonista en una de las ediciones de Las Edades del Hombre, donde ocupaba la zona central de una de las salas. Ahora será visible por todos los zamoranos, en pleno corazón de la ruta modernista de la ciudad.