Zamora tan solo ha registrado un fallecimiento por accidente laboral en lo que va de año, con lo que se convierte en la provincia con menor siniestralidad, según los datos ofrecidos por la Junta de Castilla y León y recogidos por la agencia Ical.

Las provincias donde más aumentaron los trabajadores fallecidos en el trabajo entre enero y septiembre, fue en Salamanca, con cinco muertos, cuando un año antes se no había registrado ninguno; y Valladolid, que sumó cuatro, para cerrar el balance con nueve.

Asimismo, Palencia elevó la cifra de fallecidos en tres personas igual que Soria, para alcanzar los cinco y cuatro fallecidos en el periodo de estudio, respectivamente. Burgos también añadió dos fallecidos respecto al ejercicio precedente, hasta un total de nueve.

Por el contrario, el dato se redujo en dos muertos en Ávila, que contabilizó dos fallecidos; y en uno tanto en León, hasta seis personas malogradas, como en Zamora. La cifra en Segovia, permaneció estable, con cuatro fallecidos, como en 2019.

El informe de la Junta sobre siniestralidad hasta septiembre indica que se produjeron doce trabajadores muertos por accidentes no traumáticos; otros diez por caídas desde altura; ocho por atrapamientos; dos por aplastamiento; tres por golpes en la cabeza; uno por ahogamiento y otro por atropello, junto a seis accidentes de tráfico. Los 45 trabajadores que no regresaron a sus hogares entre enero y septiembre, son 13 más que en 2019, es decir, un 40,6% más.

En datos globales, la siniestralidad laboral se redujo un 23,6% en Burgos (3.101); un 22,4% en Salamanca (1.952); un 20,4% en Ávila (793); un 19,2% en Palencia (1.156); un 18,7% en León (2.459); un 17,2% en Valladolid (3.382); un 14,5% en Segovia (1.366); un 14,3% en Soria (810); y un 9,7% en Zamora (1.089).