La teledocencia durante este curso —para que aquellos niños en cuarentena no pierdan sus clases— está provocando una carga extra de trabajo para los profesores, según se denuncia desde el sindicato CGT Zamora. “El gran problema es que, además de nuestras clases presenciales de rigor, obligan a preparar e impartir otras online, con un aumento de la jornada laboral totalmente irregular”, explican. “Cosa bien diferente es que pidan hacer un seguimiento, atender dudas concretas, incluso facilitar material”, añaden.

Además, el sindicato señala que esta atención telemática queda limitada al alumno confinado, sin tener en cuenta a compañeros que no puedan acudir a clase por otra enfermedad.

Y no solo la carga de más horas de trabajo es un problema, sino que las clases virtuales, según reconoce el sindicato, conllevan otras dificultades, como la violación de la propiedad intelectual, de la libertad de cátedra y de la privacidad. “Dar una clase online o grabarla pone en riesgo nuestra imagen y la de los alumnos. Nuestras clases y materiales son el resultado de un trabajo y esfuerzo personal, a veces fruto de muchos años: es propiedad intelectual nuestra; en una plataforma o, peor aún, en una página o blog, todo queda fácilmente expuesto para su difusión sin nuestro consentimiento”, detallan.

Por todo ello, CGT sugiere que haya una reflexión sobre esta nueva realidad educativa “para saber cómo actuar”.