Comisiones Obreras de Castilla y León reclamó hoy “mejores condiciones por medio del convenio colectivo” para los trabajadores del sector forestal y un modelo público “dependiente de la Junta de Castilla y León” para “evitar” que los concursos públicos “vayan en detrimento de las condiciones y salarios”.

“Pedimos la intervención de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente porque se adjudica el servicio que se reparte entre 30 empresas que concursan públicamente y que compiten de forma feroz por las adjudicaciones, hasta el punto de que, a veces, rayan la ilegalidad en cuanto a la baja con la que concurren”, aseguró el responsable del Sector Forestal y Política Sindical de CCOO de Castilla y León, Juan Manuel Ramos. “La patronal Asemfo no quiere ni oír hablar de subrogación ni de categoría de Bombero Forestal”, añadió.

“Estos trabajadores protegen el medio ambiente y a la sociedad. Son héroes pero son tratados como villanos, invisibles a los ojos de la sociedad, la administración y su propia patronal, Asemfo, porque solo están tres meses trabajando”, denunció Juan Manuel Ramos, quien hizo en Zamora, junto con el secretario de Organización de CCOO de Zamora, Francisco Javier Redondo, una valoración de la campaña de extinción de incendios en la provincia, con especial hincapié en la situación de los trabajadores de las cuadrillas privadas que integran el operativo de prevención y extinción de incendios de la Junta, y la situación de la negociación del convenio colectivo autonómico que afecta a ese colectivo.

Ramos García, quien hizo una extensa exposición de la situación que atraviesan los trabajadores del sector, incidió en que 700 trabajadores, es decir, más del 61 por ciento del total de 1.606, “no continuaron” a partir del 30 de septiembre. “El 1 de octubre fueron despedidas por su finalización de contrato de obra o servicio, pasando a engrosar las lista del desempleo. En Zamora, el porcentaje supera el 70 por ciento: de 239 trabajadores, 169 no continuaron. Muy por encima de la media”, precisó. “Se da la circunstancia de personas que llevan 15 o 20 años trabajando en el sector, con una antigüedad cero y con cientos de contratos con el abanico de empresas”, apuntó.

Igualmente, consideró que se trata de trabajadores “dos por uno”, ya que su jornada de trabajo inicial “empieza realizando tareas forestarles duras” con maquinaria mecánica y herramientas manuales como motodesbrozadora, motosierra, motopértiga y pértiga, de limpieza y desbroce del monte, poda en altura, arreglo de caminos y limpieza de albercas, entre otras tareas. “Estas tareas en época estival, se realizan habitualmente a temperaturas superiores a 30 grados y, para más inri, le exigen rendimientos del trabajo a ritmos elevados para que las empresas rentabilicen el beneficio de haber concurrido a las adjudicaciones con propuestas muy a la baja”, aseguró.

En este contexto, calificó de “parche” los denominados “módulos de parada”, que “mandan situar a los trabajadores algunas horas de trabajo, preparados para salir a incendio de inmediato, los días que considera que hay más riesgo de incendio forestal” y apostilló: “Es una práctica, alejada de la realidad y absolutamente insuficiente. Las horas que se asignan no coinciden con las temperaturas más elevadas, de manera que habitualmente trabajan cuando más calor hace y se sitúan en preventivo cuando la climatología es más favorable. Es muy raro ver una cuadrilla que no haya tenido que trabajar a más de 30 grados. Un despropósito”.

De esta forma, después de hasta ocho horas de trabajo, “si hay incendio, deben acudir en unas condiciones físicas muy mermadas por la dureza del trabajo realizado anteriormente” y, además, su jornada de trabajo “empieza en un punto de encuentro más próximo al lugar de trabajo y termina en el tajo, lo que conlleva mucho tiempo de trabajo no remunerado que asume el trabajador”.

Además, recalcó que hay jornadas de trabajo que “se prolongan 12, 14 o 16 horas y hasta 22, en provincias donde hay más incendios”; que los trabajadores “tienen una disponibilidad absoluta las 24 horas por un euro al día” y que las brigadas helitransportadas “no cobran peligrosidad” y las brigadas nocturnas “no cobran nocturnidad”.

“No se le lava ni la ropa de trabajo ni los equipos de protección individual, aun sabiendo que las sustancias químicas que se derivan del incendio como las propias para extinguirlos contienen agentes cancerígenos que se introducen en los domicilios particulares para su lavado”, rubricó.

El responsable del Sector Forestal y Política Sindical de CCOO de Castilla y León tildó de “más propia del siglo XIX” la situación descrita de los trabajadores forestales. “Parece increíble en el siglo XXI. Ocurre, año tras año, en el silencio de nuestros montes y hemos decidido poner lo en conocimiento de la opinión pública”, insistió.