Tras la contención de finales de septiembre-principios de octubre, la epidemia ha vuelto a tomar fuerza en la capital, con récord de contagios diarios. | JCyL

La epidemia de coronavirus sigue su ascenso imparable en la provincia y en la semana que se acaba de cerrar ha acumulado 748 casos (una media de 106 diarios), o, lo que es lo mismo, el equivalente a un diagnóstico positivo cada cuarto de hora (13 minutos exactamente). Las cifras dan idea de la magnitud del problema y la dureza del embate de una enfermedad que ayer se llevaba por delante siete vidas, tres en el hospital y cuatro en las residencias de mayores y aumentaba en 177 la cifra de infectados, que se aproxima a los 4.500 (exactamente 4.459).

Los brotes experimentan un aumento importante y son ya 48 en Zamora, seis más, con 577 casos asociados. Las altas hospitalarias, nueve han aliviado algo las habitaciones COVID del hospital, que no obstante, siguen a tope, con 114 pacientes, que superan al máximo registrado durante la primera ola. La ocupación del Complejo Asistencial, con 333 camas ocupadas (el 76% de las 439 habilitadas actualmente) sigue siendo preocupante, aunque ha mejorado ligeramente con respecto a días anteriores. La UCI tiene seis pacientes ingresados, menos de los que hubo durante la primera oleada. En la última jornada se han dado nueve altas.

En las residencias la mala noticia son los ya comentados cuatro fallecimientos que elevan la cifra total de óbitos en los geriátricos a 159, por 165 fallecidos en el hospital. Sólo ha habido un nuevo caso positivo en las residencias de la provincia.

El incremento de contagios en la sociedad y la saturación de los servicios sanitarios están pasando factura entre los profesionales, ya que el goteo de casos es constante en la provincia de Zamora. En las últimas horas la Consejería de Sanidad ha detectado cinco nuevos: dos entre enfermeras, dos entre médicos y otro más de un celador.

Desde que comenzó la epidemia se han contagiado 134 profesionales en Zamora y actualmente son 69 los que están en seguimiento. El colectivo más afectado, el de las enfermeras, con 29 profesionales, seguidas de los auxiliares sanitarios con 15, los médicos con 12 y los celadores con seis. Además están infectados dos administrativos, dos trabajadores en formación, dos empleados en servicios de apoyo no sanitarios y uno más en otras categorías.

Zamora capital, con 14 nuevos positivos, lidera el avance de la pandemia en la provincia, según indica la actualización del mapa COVID realizada por la Consejería de Sanidad. Los casos aumentan sobre todo en la zona básica de salud de Virgen de la Concha, con nueve más, y Santa Elena, con ocho, mientras descienden en Puerta Nueva, cuatro menos. La capital acumula 231 casos en la última semana. Benavente también suma, tres más, por el avance en la zona Sur, que llega a los 39 casos, en tanto que la Norte está estable con 48. La estabilidad es también la tónica en Toro, que mantiene los 35 casos semanales. Suben los casos en Zamora Norte (cuatro más), Aliste y Corrales (tres), Campos Lampreana (dos) y Sayago y Villalpando (uno).

LOS MÉDICOS CREEN EN RIESGO “LA SEGURIDAD DEL PACIENTE” POR UN NUEVO DECRETO DEL GOBIERNO

El Sindicato Médico (CESM), convocante de la huelga de estos profesionales que tendrá lugar mañana en toda España ha difundido un Manifiesto para un pacto por una sanidad de calidad por todos y para todos, en la que denuncia, entre otras cosas, el contenido del real decreto ley 29/2020 del Gobierno. Un texto, asegura la CESM “que se presenta como solución a la supuesta carencia de profesionales médicos pone en grave riesgo la salud de todos los pacientes y menoscaba sus derechos en materias de salud, al no asegurar al paciente que serán tratados por un médico con la Formación Sanitaria Especializada (es decir, que haya realizado el MIR) como así lo marcan las leyes europeas que regulan el ejercicio profesional de la medicina en toda Europa”. Según el real decreto ley “los pacientes pueden ser tratados por médicos sin ninguna especialidad, por médicos de otras especialidades y hasta por otras categorías profesionales que asuman competencias propias del médico, suponiendo todo esto una grave degradación de todo lo que supone la sanidad pública española, que se aleja cada vez más de la regulación (que no deja de ser una seguridad para el paciente) que suponen las normativas comunitarias y legislativas como es la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, y lo más preocupante, del estándar de calidad que nos merecemos los ciudadanos”. Por ello el manifiesto firmado por el sindicato y otras muchas sociedades de médicos y pacientes, pide la retirada del real decreto ley “por poner en grave riesgo la seguridad de los pacientes”. Las reivindicaciones se extienden a otros asuntos, como “la solvencia financiera de nuestra sanidad que permita dar una asistencia de calidad, con un aumento de la financiación para adecuarla a la media europea” o un pacto por la sanidad que suscriban todos los partidos políticos.