La Fiscalía exige 30 años de cárcel a un joven imputado por dos agresiones sexuales a una menor cuando esta tenía 12 años, a la que conocía porque las familias eran amigas, a la que bajo amenazas llevaba a una casa abandonada para violarla, a las afueras de Zamora, según relató la víctima. 

El procesado, de iniciales P.A.Ch., en prisión provisional desde junio pasado cuando se denunciaron los hechos en enero de 2020, negó hoy las presuntas violaciones en el juicio ante la Audiencia Provincial de Zamora y ha admitido que solo contactó con ella por Instagram para saludarla porque era amigo de su hermano. Explica la imputación porque "habían robado a su familia y creyeron que era yo". 

Sin embargo, el equipo psicosocial de la Audiencia da credibilidad al relato de la menor, y explica que sea más profuso y detallado porque sus dos profesionales realizan un interrogatorio con más tranquilidad, en el que se genera un clima de mayor confianza a la niña.

La presunta víctima, que ahora tiene 13 años, declaró ante los magistrados que el acusado fue a buscarla a la salida de un colegio de la capital las dos veces que la agredió sexualmente. Bajo amenazas de que "me pegaría si gritaba o decía algo, agarrada por el brazo", la dirigía "hasta la casa abandonada", donde "me mandó que me quitara los pantalones y me tiró al suelo" para llevar a cabo las dos agresiones sexuales.

La niña ocultó lo ocurrido hasta mayo, cuando, según relató la madre, el joven se desplazó a Rumania, a la localidad de la que proceden las dos familias, y contó que había mantenido relaciones sexuales con la menor, comentario que llegó a oídos de la abuela materna, quien llamó a Zamora para advertir de lo ocurrido. Los padres de la niña denunciaron las dos presuntas agresiones en junio.