Francisco Igea (Valladolid, 1964) lleva apenas quince meses como vicepresidente de la Junta de Castilla y León, pero su papel de portavoz del Gobierno autonómico durante la pandemia, la batalla que libró con Inés Arrimadas por liderar Ciudadanos y su irrupción como una de las voces más claras a la hora de expresar sus opiniones en la política española le han convertido en un personaje mediático. Ahora, su interés está centrado en el próximo Consejo Interterritorial de Salud, donde espera que haya un acuerdo que redunde en una mejor gestión de la crisis.

–¿Qué pide Castilla y León para el próximo Consejo Interterritorial de Sanidad?

–Pedimos un sistema de niveles de alarma en base a la incidencia acumulada, la presión hospitalaria o la situación de las personas mayores. Nosotros tenemos un porcentaje de población por encima de los 65 años que es del 25%, en esta provincia probablemente más, y ahí es donde se acumula el 80 o el 90% de los fallecimientos. Eso explica nuestras posiciones en los rankings de mortalidad; tenemos una población muy, muy, muy sensible. Entonces, lo que esperamos del Consejo Interterritorial es que se apruebe un sistema de semáforos, con varios niveles de alarma, que lleven aparejadas medidas homogéneas para todo el país.

"Aspiramos a un sistema de semáforos con varios niveles de alarma que lleven aparejadas medidas homogéneas para todo el país"

–¿Qué se ha hecho mal en España y en Castilla y León para que se disparen los casos en esta segunda ola?

–Nosotros nos hemos sumado desde el primer momento a la petición de los científicos españoles para que no seamos nosotros quienes tengamos que decir qué se ha hecho mal. Pero, si hay alguna cosa, probablemente sea una desescalada muy acelerada. En aquellos días, yo recuerdo dónde estábamos nosotros y dónde estaban los demás, y recuerdo lo duro que se nos criticó por ser prudentes y lentos. No nos consuela mucho decir que teníamos razón. Ahora lo que nos toca es preocuparnos por encarar esta situación, pero ese ha sido uno de los hechos fundamentales. Ni habíamos vencido al virus, ni todo había pasado, ni era el momento de la trompetería; era el momento de seguir trabajando. Nosotros intentamos poner sentido común aquí y en el conjunto de la nación, pero no tuvimos suficiente éxito.

–¿Considera que nos encaminamos hacia una parte más oscura del túnel o cree que, hacia el final del año, se irá viendo la luz?

–Va a depender de nuestras decisiones. Necesitamos que se emprendan acciones de manera conjunta. El problema de esta epidemia, y lo estamos viendo en estos días, es que el arma es mantener la credibilidad como políticos. Si la población pierde la fe en las medidas que se toman y no las sigue, no tenemos más armas; no tenemos tratamiento, no tenemos vacuna, no tenemos más que evitar el contacto. Si la gente no hace su trabajo, la situación será mala. Para recuperar credibilidad, tenemos que volver a la unidad y al criterio uniforme, y abandonar el espectáculo penoso de estas últimas semanas y meses.

Igea, durante la entrevista en La Opinión de Zamora Emilio Fraile

–En los pueblos, la gente se sigue quejando de la falta de atención sanitaria. Usted ha sido muy insistente en relación al tema de los consultorios. ¿Qué le puede decir a las personas que afirman que el médico no les atiende?

–El médico les está atendiendo, como ya hemos reiterado, y se comprueba yendo a la inmensa mayoría de los consultorios, que te atienden con cita previa para la patología no COVID. ¿Por qué es así? Primero porque 1.600 o 1.700 de los consultorios que tienen menos de 50 tarjetas siempre han estado así. Solo se abren a demanda. Así lo dice la orden del 91, y así funciona. En segundo lugar, porque la cita previa es imprescindible para desgajar la patología respiratoria e intentar evitar contagios cruzados. Para evitarlos, las estructuras que mejor disposición ofrecen son los centros de salud, y eso es lo que estamos buscando, recuperar la actividad de manera progresiva. ¿Puede haber sitios donde no se haya recuperado la actividad a pesar de esto? Puede ser, pero no debería estar sucediendo.

–Antes de la pandemia, ustedes pusieron en marcha el llamado Plan Piloto de Aliste. Aunque ahora suene a pasado lejano, ¿cuál es la idea que tiene ahora la Junta para intentar optimizar la atención sanitaria?

–Es evidente que tiene que haber una reforma y una reordenación de la asistencia. Nos enfrentamos a un futuro muy difícil desde el punto de vista del número de profesionales. Somos conscientes de que vamos a perder 500 o 1.000 en los próximos cuatro o cinco años, pero siendo la comunidad autónoma de España que mayor número de trabajadores tiene en Atención Primaria, no puede ser que tengamos problemas de asistencia. Tenemos que ser capaces de explicarle a nuestra población que tenemos un buen sistema y que tiene los mejores números de España, pero que queremos mejorarlo. Lo que no podemos hacer es instalarnos en una versión siempre catastrofista del asunto, que lo que hace es daño al propio sistema. Yo siempre digo que nuestro primer objetivo del reto demográfico es empezar a hablar algún día bien de nosotros mismos.

"La cita previa es imprescindible para desgajar la patología respiratoria e intentar evitar contagios cruzados"

–De momento, de lo que no habla bien el PSOE es de las residencias en Castilla y León...

–No habla bien de nada.

–¿Hacia qué modelo va Castilla y León? ¿Prevén hacer un análisis más en profundidad de lo ocurrido en los centros una vez acabe todo?

–Hemos hecho un análisis extenso de lo que ha pasado en esta Comunidad en las residencias, y he de decir que esa reflexión es bastante favorable para el conjunto de Castilla y León. Nosotros teníamos el porcentaje de población viviendo en residencias más alto de España y acumulábamos todas las condiciones para que la situación hubiera sido más catastrófica. Aun así, no es que estemos contentos, ni con esto, ni con el modelo. A mí el modelo no me gusta y no me gustaba antes de la pandemia. Nuestra intención es evolucionar hacia una mayor presencia de la asistencia a domicilio. Hoy - por el lunes - hemos estado hablando de algunas cosas interesantes con el presidente de la Diputación, como la posibilidad de hacer que nuestros pueblos sean accesibles, sitios en los cuales se permita que la gente pueda quedarse en su casa todo el tiempo posible, hasta el final de sus días.

–¿Es viable pensar que unos pueblos que prácticamente no tienen servicios vayan tener esas capacidades?

–Insisto en que estos pueblos tienen servicios. Lo que tenemos que hacer son inversiones, probablemente tecnológicas, en infraestructura y de otro tipo, pero estos pueblos necesitan, no tanto un número de médicos, sino una asistencia más organizada.

–¿Usted aprueba la gestión de Isabel Blanco al frente de la Consejería de Familia?

–Naturalmente. Yo he vivido días muy duros con Isabel Blanco. Me duele personalmente el daño que se hace a veces. Los capitanes a posteriori, que brotan en el otoño como las setas, están muy bien, pero había que estar ahí.

"He vivido días muy duros con la consejera zamorana Isabel Blanco"

–Sí estaba Castilla y León en algunas de las reuniones en las que se debatió sobre la situación de la Comunidad de Madrid. ¿Qué opinión le merece este enfrentamiento entre el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y el Ejecutivo central?

–Me parece lo mismo que al resto de los españoles, que es incomprensible, sin querer poner el acento en un sitio o en otro. Pero también tengo que decir una cosa: el Gobierno de la nación tiene que ejercer su responsabilidad en Madrid, en La Rioja, en Aragón y en Castilla y León. Nosotros no hemos renunciado a nuestra responsabilidad, la hemos cogido, hemos tomado decisiones difíciles. La gente podrá decir que nos hemos equivocado, pero no que no nos hemos atrevido a tomar una decisión por el coste político. Esperamos del Gobierno de la nación que haga exactamente lo mismo.

–¿Considera que esa falta de decisión que usted percibe en el Gobierno de España contribuye a la crispación política?

–No lo digo por la totalidad del Gobierno, pero sí por políticos que hay en el Gobierno, que están intentando aprovechar una pandemia y una crisis brutal para propiciar un cambio de régimen. Esto sí que es inmoral completamente.

–¿Un cambio de régimen en qué sentido?

–Un cambio de régimen en el cual se cuestionan todas las instituciones del Estado. Esto no es una cosa que diga yo; está ocurriendo.

Igea, durante su entrevista en La Opinión de Zamora Emilio Fraile

–¿Usted cree que el Gobierno de la nación busca hacer un giro hacia un Estado más autoritario en España?

–Yo creo que algunos miembros del Gobierno de la nación no han ocultado su intención de ir a un cambio de régimen que va desde la jefatura del Estado hasta el sistema de división de poderes. Eso es un cambio de régimen. Si cuestionas tanto la separación de poderes, las instituciones esenciales y la jefatura del Estado, estás planteando un cambio de régimen. Creo que esto se corresponde estrictamente con la verdad, y hay ministros del Gobierno que lo dicen abiertamente.

–¿Se refiere a U. Podemos?

–Claro. No tengo miedo en nombrarlos. Está ahí, está en las hemerotecas, no es una cosa que diga el vicepresidente de la Junta. Es que estos ministros del Gobierno cuestionan la jefatura del Estado, la división de poderes, la libertad de prensa... Esto no es una cosa que estemos diciendo de manera alocada. Es una absoluta inmoralidad que, en la mitad de la peor crisis sanitaria y económica de este país, haya quien aproveche esto para propiciar un cambio de régimen, abandonando además sus responsabilidades. Esos ministros tenían la responsabilidad de las residencias durante el estado de alarma.

"Sobre la moción de censura de Vox, en política no es buena idea hacer tonterías"

–¿Considera que la moción de censura de Vox echa más leña al fuego?

–Yo creo que, en política, hay que hacer la menor cantidad de tonterías posible. Hacer tonterías nunca es una buena idea, y promover mociones que solo sirven para el espectáculo, cuando no hay mayoría alternativa posible, es hacer una tontería.

–¿Qué debe hacer Ciudadanos, con Inés Arrimadas al frente, en este escenario de tanto enfrentamiento?

–Estamos en una situación muy difícil, en un país muy polarizado. Tú saltas al centro del campo de batalla mientras los demás siguen en la trinchera, y tienes muchas posibilidades de llevarte todas las bofetadas. Pero esa es nuestra tarea, intentar poner racionalidad.

–Dentro del Gobierno autonómico, ¿se siente un escudo de Mañueco?

–Yo soy el portavoz de un Gobierno que toma las decisiones de manera conjunta, y creo que un portavoz tiene que ser leal. Es una cosa que es tan obvia que parece innecesario decirlo, pero en este país ya no hay nada obvio. ¿Que la labor del portavoz es dura en estas condiciones? Muy dura. Pero yo no rehuyo la tarea. Hay labores mucho más duras en esta comunidad, en los hospitales. Esta tarea es la que nos toca en un Gobierno que ha cambiado cosas en trasparencia, sanidad, ordenación del territorio... Creo que eso ha sido muy bueno para la comunidad. ¿Es mejor ser presidente que vicepresidente? Para mí, no. Probablemente, yo habría sido un presidente mucho más desastroso, pero creo que ejerzo como portavoz con dignidad. No vine a la política para esconderme.

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–En la Diputación de Zamora, también hay un equipo de Gobierno formado por Ciudadanos y Partido Popular. Hoy - por el lunes - se ha reunido con Requejo. ¿Tiene buen entendimiento con él? ¿Cuáles son los proyectos que le ha planteado?

–Hemos hablado de la biorrefinería, de la Silver Economy, de Monte la Reina... Tenemos muy buena relación. Yo con Paco me entiendo muy bien, es una persona muy trabajadora y yo creo que Zamora tiene un gran presidente y un buen Gobierno de coalición. Nosotros tenemos un acuerdo prácticamente total sobre todos estos asuntos y vamos a intentar que esta provincia pegue un salto adelante durante esta legislatura. Para nosotros es un objetivo preferencial. Lo dije hace dos días en Soria y casi me matan, pero es un objetivo preferente que nuestras políticas consigan revertir parte de esta situación en la provincia.