Cáritas Diocesana de Zamora se suma a la Campaña de las Personas Sin Hogar, bajo el lema “No tener casa mata” se pretende destacar que la vivienda es un derecho humano, necesario para preservar la dignidad de todas las personas.

Durante la pandemia, Cáritas Diocesana de Zamora ha atendido a 64 personas, de las que el 50% de ellas ha normalizado su situación, a través del acceso al mundo laboral o la gestión en la tramitación de prestaciones mínimas. El resto de estas personas continúa su estancia en el centro por no haber conseguido unos mínimos para cubrir sus necesidades básicas de manera autónoma o han acudido a otros recursos.

A día de hoy en la Casa de Acogida “Madre Bonifacia” viven 19 personas de forma estable más las personas de paso y se realizan aproximadamente 50 menús diarios para llevar.

El fin del estado de alarma ha reducido las cifras y el centro ha recibido un 26% de personas con respecto al año pasado, "ya que algunas han tomado la decisión de establecerse en un lugar concreto de manera temporal debido a la situación marcada por la pandemia", señalan fuentes de Cáritas Diocesana. Las nuevas restricciones también han producido una reducción del El número de plazas ofertadas por el centro, en el que tres plazas han sido destinadas a posibles aislamientos por contagio.

La Casa de Acogida de Cáritas Diocesana de Zamora agradece las numerosas muestras de cariño, cercanía y solidaridad que ha recibido durante los últimos meses y la colaboración Gracias de las asociaciones, grupos, empresa y particulares a través de donativos en especie o dinerarios.

Desde Cáritas, se pide a la sociedad decir: ¡basta de vulneraciones de derechos, de invisibilidad, de sufrimiento, de vivir en la calle, de inseguridad, de agresiones, de no poder acceder a una vivienda… de no tener hogar!