Son los únicos, junto a acusados y abogados de la defensa, obligados a estar físicamente en los juicios telemáticos en las salas, con presencia restringida para esquivar contagios del COVID-19. No cabe opinar, es por Ley, zanja la decana de los jueces de Zamora, Isabel Aguado García-Luján. La magistrada pide, eso sí, más medios técnicos a Gerencia, y dos salas de vistas, como mínimo, para que la justicia no pierda el buen ritmo anterior a la pandemia. Y es que el sistema digital no ha agilizado las causas, se celebran la mitad de juicios que antes de la irrupción del virus. Y los zamoranos siguen litigando igual.

–¿Cómo impacta la pandemia en la actividad judicial?

–El confinamiento más duro supuso un parón, un retraso importante que en la semana de agosto declarada hábil tratamos de compensar con más actividad. Ahora trabajamos con un sistema mixto para celebrar juicios, el presencial y telemático, aunque todos los que pueden ser online se desarrollan con el programa “Cisco”. Tratamos de minimizar riesgos con las medidas de protección facilitadas por Gerencia.

–¿Se está reduciendo la celebración de juicios en un porcentaje elevado, a la mitad?

–Sí, hay que ir más despacio porque entre juicio y juicio hay que dar tiempo para desinfectar y limpiar las salas, esto supone espaciar más los juicios. El tiempo que llevan las conexiones telemáticas con despachos de abogados, con dependencias desde donde declaran los testigos, incluso el procesado si está en prisión, también retrasa. Pueden surgir imprevistos, que no se pueda contactar u otros retrasos.

–Esta caída obligada del número de vistas, ¿redunda en una menor efectividad de la justicia al ralentizar las sentencias?

–No lo creo, una vez que todo rueda, los jueces hacemos lo que podemos para agilizar. Las sentencias van más lentas porque los juicios se espacian, pero una vez que se celebra la vista oral, se intenta acelerarlas.

–¿Qué se precisaría para mantener el ritmo anterior a la llegada de la pandemia?

–El problema es la falta de salas en el edificio. La Junta de Jueces ya ha acordado remitir un escrito conjunto a la Gerencia para pedir que se nos habilite un espacio, al menos para que el juzgado que esté de guardia pueda dejar libre la sala de vistas que ocupa toda la semana y que se comparte con otros juzgados. Proponemos que se nos permita usar la dependencia destinada a la deliberación del jurado, en la Audiencia Provincial, ya dotada de un sistema de videoconferencia que solo requeriría la implantación de otro de grabación para recoger declaraciones o aquellas actuaciones que se unen al expediente judicial. Es imprescindible porque con todos los jueces que somos en la capital y los problemas de espacio que ya teníamos es imposible aumentar el número de juicios. Hay compañeros que se han tenido que desplazar al Juzgado de Menores o suspender algunos juicios por no haber sala disponible.

–¿Ni alternando el uso con la Audiencia de las dos que tiene este Tribunal resulta suficiente?

–La Audiencia nos cede sus salas cuando no las usa, pero hay semanas que también tiene juicios y nos vemos negros para celebrar los nuestros.

–¿El COVID ha retraído al ciudadano a la hora litigar?

–El número de denuncias sigue siendo el mismo prácticamente, siguen acudiendo al Juzgado. El volumen de asuntos que entra en los juzgados continúa siendo el mismo que antes de la pandemia, salvo en la época del confinamiento que poco se podía delinquir si estaba prohibido salir.

–¿Qué demandan al Ministerio y a Gerencia en esta situación tan excepcional?

–Medios técnicos, que habiliten, al menos dos salas de vistas, que inviertan para que Justicia funcione al nivel que otras administraciones, que no seamos siempre la hermana pobre, que nos den medios para poder solucionar mucho mejor los problemas que tenemos.

–¿La obligación de mantener las distancias de seguridad por el COVID, de qué modo está repercutiendo en el trabajo de las pequeñas oficinas judiciales, dificulta la labor de los funcionarios?

–No porque todo lo que se hacía en oficina, declaraciones y otros trámites, se hace en las cuatro salas de vistas que comparten los nueve juzgados del Palacio de Justicia, por eso están superutilizadas, donde se graba todo. Las actuaciones que hacíamos los jueces en los despachos o en las oficinas de penal o civil se han trasladado a las salas para evitar aglomeraciones en las oficinas y para poner distancia de seguridad entre los propios funcionarios.

–¿Estos condicionantes para evitar contagios están obligando a jueces y funcionarios a trabajar al doscientos por cien?

–Sí, se ha incrementado el trabajo de todos los funcionarios, el auxilio judicial está en sala prácticamente todos los días, y los jueces. Había asuntos de menor importancia que se hacían en oficina, ahora pasan a la sala de vistas.

–Los abogados exigen juicios presenciales para garantizar que no haya manipulación de testigos y que no se conculcan derechos de la persona ajusticiada. ¿Habrá vuelta atrás?

–En este momento prima la seguridad y la salud de las personas, no puede haber aglomeraciones en las salas de espera o en los pasillos como antes, incluso se produce esa concentración de gente cuando esperen en la calle. Los riesgos que ellos temen no se están dando, pero, además, aunque la preferencia es el juicio telemático, la Ley así lo establece, se les da la opción de solicitar el presencial en todo o en parte, previo escrito razonado.

–La práctica digitalización de la Justicia, ¿creen ustedes que es la antesala de la Oficina Única que se iba a incorporar?

–Sí, es un adelanto, soy partidaria de que el sistema de trabajo se siga manteniendo como hasta ahora para todos los procedimientos de trámite. A ver que nos dice el legislador, si prorroga esta Ley en vigor hasta junio. Pienso que no hay que relegarlo a un segundo plano, este sistema evita desplazamientos innecesarios y muchos gastos; es bastante útil y se irá perfeccionando.

–¿Desde la pandemia, han pasado de percibir la digitalización como un sistema difícil de adaptar a la Administración de Justicia, de mirarlo con desconfianza, a considerarlo muy práctico?

–Sí, en las guardias se evita el traslado de detenidos desde calabozos, algo impensable, y con las conexiones vía Internet se facilita que una guardia, si el asunto no es muy complejo, se puede tramitar en cualquier momento, por las tardes y fines de semana. Se ha agilizado en ese sentido.

–Las quejas sucesivas de abogados y procuradores llevan a pensar que los programas digitales de Justicia fallan más que una escopeta de feria.

–Hay días, pero no es tan grave, va mejorando. Si hay fallos se subsanan bien, en Zamora, que es una ciudad pequeña, siempre se puede acudir personalmente al juzgado.

–¿Les ha tocado aprender a marchas forzadas?

–Claro, los informáticos se han desbordado, nos han dado clases como han podido porque el sistema telemático sí estaba previsto a más largo plazo y la pandemia aceleró todo, y la implantación ha sido a marchas forzadas.