La creciente evolución de los contagios en Zamora capital hace temer un horizonte de nuevas restricciones en la capital. Si la curva de la pandemia no se estabiliza en unos días no es descartable que la Consejería de Sanidad tome en la capital zamorana medidas como las tomadas hace unas semanas con León o Palencia o esta misma semana, sin ir más lejos, con la vecina Salamanca. Esta situación, poco deseable, ya fue barajada el viernes por el vicepresidente Francisco Igea, que no descartó nuevos confinamientos en las capitales de provincia. Según los últimos datos, apuntan desde la Junta, la pandemia solo parece en parte estabilizada en Valladolid.

Por lo que refiere a Zamora, los datos de las últimas jornadas no invitan precisamente al optimismo. En la última semana se han registrado 96 PCR positivas en las cuatro zonas de salud en las que se divide la ciudad. Son datos registrados entre el 10 y el 16 de octubre. En la semana inmediatamente anterior, la del 3 al 9 del mismo mes, se registraron 61 positivos en la capital. Los datos muestran una preocupante tendencia al alza.

Por lo que refiere a la incidencia, y dando por buenos los datos de población que elabora el INE en su estadística de padrón continuo, Zamora habría superado en las dos últimas semanas la barrera de los 250 positivos por cada 100.000 habitantes, cifra que en las últimas jornadas se usa como referencia para empezar a hablar de mayores restricciones —no necesariamente de confinamientos—.

Lo que parece más o menos claro es que las medidas aprobadas para hacer frente a la pandemia no se quedarán en el cierre de barras de bar, prohibición de fumar en las terrazas y limitación de las reuniones, prohibiciones que entraron ayer en vigor en toda la comunidad. Tanto Igea como la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ya apuntaron hace unos días—al conocer el borrador del Plan de Respuesta Temprana elaborado por el Ministerio de Sanidad— que las nuevas restricciones llegarían sí o sí a Castilla y León. A día de hoy solo queda esperar a que las comunidades en su conjunto den el visto bueno al plan en la próxima semana, pero en el caso de la región todo indica que las medidas que en él se contienen se pondrán sobre la mesa en unos días.

El documento sitúa a los municipios en riesgo “extremo” del transmisión del coronavirus si tienen una incidencia acumulada de más de 250 casos por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días. Zamora sobrepasa el límite. Los indicadores van más allá, pues la incidencia también debe estar por debajo de los 125 casos en una semana y debe ser aún más baja si los afectados son principalmente mayores de 65 años. Igualmente, se toma como referencia la positividad de las pruebas PCR, estableciéndose un riesgo evidente a partir del quince por ciento. Zamora, según los datos de la Consejería, todavía no está en este punto. La trazabilidad de los casos debe ser siempre superior al diez por ciento. Aquí no hay estadísticas a las que agarrarase para saber cuál es la situación de la provincia.

A mayores de estos indicadores se añaden otros dos que tienen que ver con la capacidad asistencial de los territorios. En este grupo la ocupación máxima de camas de planta de pacientes con COVID debe ser menor al quince por ciento —Zamora lo supera— mientras que en la UCI no podrá superar el 25% de la unidad —Zamora, aquí, no llega a esos datos—.

El cálculo posterior es sencillo. Se sacan las cifras, se les otorga un nivel de riesgo a cada una y se ponderan. Sin embargo, si dos indicadores del grupo uno —incidencia en dos semanas, semanal, pruebas PCR o seguimiento—y uno del grupo dos están en nivel de riesgo extremo, esa ciudad tendrá ese nivel de riesgo independientemente de lo que digan el resto de los datos.