Un grupo de alumnas se limpian las manos con gel hidroalcohólico. | E. F.

Bienvenida a los nuevos alumnos de Magisterio en el salón de actos. | N. R.

El inicio de las clases en el Campus Viriato —como en toda la Universidad de Salamanca— se ha retrasado con respecto a cursos anteriores para tener todo a punto en materia sanitaria y de seguridad para recibir a los alumnos de las diferentes escuelas zamoranas con todas las garantías. Ayer comenzaba el mes de octubre y se iniciaban las clases para los estudiantes de Magisterio, Enfermería y Politécnica, con charlas informativas sobre las medidas adoptadas en las instalaciones universitarias, además del tradicional acto de inauguración del curso académico, que tuvo lugar en el salón de actos para los diferentes grupos.

El delegado del rector en el Campus Viriato, Francisco Cuadrado, detalla las normas adoptadas en los diferentes edificios, desde gel hidroalcohólico en varios puntos hasta la señalización del suelo, para saber dónde están las entradas y salidas o por dónde deben circular cuando estén por los pasillos. “Se han adaptado escaleras y puertas de entradas y salida, así como el sentido de la circulación y no pueden estar en los pasillos en grupos”, pone como ejemplos.

El también director de la Escuela de Magisterio —tras la renuncia el pasado mes de septiembre de Bienvenido Martín Fraile, de cuyo equipo era subdirector— explica cómo se han adaptado a esta nueva normalidad en las aulas de los futuros maestros. En cada clase hay trípodes con cámara para que se puedan grabar las clases y poderse seguir desde casa de manera online y se cumple con la distancia de metro y medio entre alumnos. Por ese motivo, en Magisterio algunas clases tendrán carácter semipresencial, “porque no caben todos los estudiantes, por lo que se turnarán una semana en casa y otra en el campus”, detalla Cuadrado. Reducción de las clases a cincuenta minutos para que se puedan ventilar las aulas o impartir las materias con las puertas abiertas para evitar en la medida de lo posible tocar los pomos son otras medidas que se pondrán en marcha este curso.

Puesto que las mascarillas son obligatorias y eso repercute de manera negativa para hacerse a entender en clase, los profesores de Magisterio tendrán su propio micrófono para que no lo tengan que compartir y se les pueda escuchar mejor. “Cada uno además llevará su paquete de tizas”, añade el director como curiosidad.

Como en los centros escolares e institutos, también en las facultades existe un equipo COVID formado por un grupo de profesores, a quienes pueden acudir los alumnos cuando hay algún problema. “Desde ese momento pondremos en marcha todo el protocolo, comenzando por llevar al posible contagiado a un aula y tomarle la temperatura. Además, como cada estudiante tiene un sitio asignado en su aula, se puede aislar a los compañeros que tenga más cerca como precaución”, explica Cuadrado.

Habrá que esperar a mediados de este mes de octubre para que los alumnos del Campus Viriato se hagan las pruebas serológicas comprometidas por la Universidad de Salamanca para toda la comunidad universitaria con el nuevo curso. En el caso de Zamora, contarán con la ayuda de los alumnos de la Escuela de Magisterio para realizar los test tanto estudiantes como profesores que todavía no se la haya hecho.