Divorciarse es caro, cuesta en torno a mil euros por cada miembro de la pareja y además la disolución matrimonial exige que uno de ellos tenga que buscar otro domicilio por lo que se opta por compartir. Es la razón por la que cada vez abundan más los acuerdos para seguir conviviendo en lugar de acabar el divorcio, según las fuentes consultas en medios de la abogacía de Zamora.

La crisis económica puede ser la causa que explica esta estabilización, e incluso ligera caída de las disoluciones matrimoniales en Zamora, que según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística fueron 237 divorcios y seis separaciones en 2019. En 2018 hubo en Zamora 239 divorcios y siete separaciones; en 2017 fueron 234 divorcios y 16 separaciones; en 2016 fueron 246 divorcios y cuatro separaciones y en 2015, 240 divorcios y 14 separaciones.

El Consejo General del Poder Judicial sacaba a la luz también sus estadísticas, estas más recientes aunque sin datos provinciales, según las cuales las demandas de disolución matrimonial habrían descendido un 42,1% como consecuencia de la alerta sanitaria del coronavirus.

Castilla y León es la comunidad con menos demandas de divorcio o separación, 3,7 por cien mil habitantes; sólo Madrid está por debajo con 3,4.