La curva del consumo de electricidad no acaba de recuperarse en Castilla y León. Pese a haber transcurrido tres meses desde el fin del estado de alarma, la vuelta a la nueva normalidad no ha permitido dar la vuelta a las cifras, que siguen siendo negativas, con fuerte impacto en el sector industrial y en servicios. Solo los hogares han registrado un ligero repunte respecto al año pasado, en una tónica general experimentada a lo largo del año, que en el mes de marzo, en pleno confinamiento, llegó a dispararse un 8,44 por ciento con respecto a los datos de hace un año, según el análisis realizado por la agencia de noticias Ical.

En la evolución interanual por provincias, todas contrajeron de manera significativa sus datos en los momentos clave de la pandemia, abril, mayo y junio. Por encima de la media autonómica del -21,45% de abril se encontraron Ávila (-21,66%), Burgos (-22,78%), León (18,38%), Palencia (-20,71%) Salamanca (-12,48%), Segovia (-27,33%), Soria (-19,13%) y Zamora (-12,71%). En el caso de mayo, con una caída del consumo autonómico del 17,14%, los mayores descensos se dieron en Soria (-22,87%), Segovia (-22,11%) y Burgos (21,15%), junto a Valladolid (-19,96%) y Ávila (18,92%), todos por encima de la media. Mientras, el impacto fue menor en Zamora (-10,84%), León (-11,73%), Salamanca (-11,05%) y Palencia (-13,51%).

Variación del consumo eléctrico en Castilla y León.

En junio, las cifras fueron similares. La bajada de la comunidad fue del 10,74%, similar a la que se registró en Ávila (10,49%) y Palencia (-10,71%). La más baja se dio en León (-4,45%), dato que contrasta con los de Segovia (-21,42%) y Soria (-20,35%). Valladolid también estuvo por encima de la media (13,23%), mientras que el impacto fue menor en Burgos (-9,62%), Salamanca (-6,68%) y Zamora (-7,39%).

Y es que si se analiza la evolución mensual de toda Castilla y León, los consumos marcan una curva al alza en los tres últimos meses, con un claro cambio en julio, cuando se registró una subida del 19,55% sobre junio, provocado por aumentos en el sector servicios un 27,51% más, y la industria, un 17,93%, pero también por los hogares, un 12,9%, pese a tratarse de un mes vacacional.

Por su parte, en el mes de agosto, los hogares de Castilla y León se comportaron prácticamente como en julio, con un 0,61% más sobre el dato de 2019, lo que muestra el impacto del COVID-19 en los movimientos a otros lugares de muchos hogares. Eso sí, en el octavo mes del año, sí se notó caída en sector servicios (4,32%), y la industria (14,11%), sobre julio.

Abril sobre marzo marcó la mayor contracción, período que coincidió con el inicio del estado de alarma y la paralización de toda la actividad, excepto los servicios esenciales. Fue del 19,65 por ciento, por la industria (-23,48%) y los servicios (-23,81%), pero también por el comportamiento en los hogares, cuyos miembros, pese a estar encerrados, consumieron un 9,89% menos que en marzo, un mes, eso sí, que experimentó una subida del 10,15% sobre febrero. Lo cierto, es que influyó el tiempo primaveral de las últimas semanas de marzo, pero pese a no poder salir de casa la población consumió mucho menos que en abril, cuando se relajaron las medidas de confinamiento.