El juez ha ordenado prisión preventiva para los cuatro detenidos en la capital como integrantes de una red de tráfico de drogas que introducía hachís en Zamora procedente de Sevilla, operación en la que la Policía Nacional se incautó de 11 kilos de “costo”, al interceptar el vehículo en el que lo transportaban y tras el registro de dos domicilios, donde hallaron 6.900 euros. La venta de la droga al menudeo habría reportado a la organización unos ingresos de 47.000 euros, según los datos facilitados por la Comisaría de Zamora.

La red usaba un turismo “caleteado”, modificado en su interior con un sistema sofisticado para ocultar los estupefacientes y poder transportarlos sin levantar sospechas, en este caso para hacer llegar a la capital 100 placas de hachís que contenían los diez kilos de esta sustancia, detectados por el grupo Udyco de la Policía Nacional.

La policía cercó a los integrantes de la red después del primer arresto y tras mantener una estrecha vigilancia en el entorno del hotel en el que se alojaba otro de los investigados, establecimiento al que llegó otro individuo conduciendo un turismo domiciliado en Sevilla. El varón fue también detenido cuando, tras introducirse al turismo, se dirigió a una callejón , lugar donde los policías aguardaban. El presunto traficante trató de huir cuando los agentes le dieron el alto, por lo que fue preciso cercarle.

La investigación, iniciada en julio pasado con el arresto e ingreso en prisión por tráfico de drogas de uno de los acusado, conocido de la Policía Nacional por sus antecedentes por vender drogas, permitió localizar casi otro kilo de hachís en el registro de dos domicilios. Los agentes se incautaron, en esa ocasión, de 600 gramos de “costo” también en placas y de distintas muestras de esa droga, así como de útiles para la distribución y venta. Además, hallaron 6.900 euros en efectivo en los inmuebles.

El otro medio kilo de hachís fue detectado cuando la brigada provincial de policía judicial localizó al primer detenido mientras trasladaba esta droga en un taxi en la capital. Los agentes pudieron observar que había un coche lanzadera que iba delante del taxi, un método que los delincuentes utilizan para detectar la presencia de policías y dar aviso al integrante de la red que se encarga de trasladar los estupefacientes, un sistema con el que la organización trata de eludir la acción de los agentes.

Este hombre había contactado con una tercera persona, investigada y detenida en otras ocasiones por delitos contra la salud pública, por lo que la brigada de la Udyco centró en él las pesquisas en una operación más amplia que ha permitido desarticular esta red con vinculación con el sur de España, desde donde procedería el hachís.

El marcaje llevado a cabo por los integrantes de la brigada concluyó el jueves, cuando “detectaron una cita” entre dos de los cuatro investigados por el Juzgado de Zamora. El arresto fue posible gracias al dispositivo de vigilancia en torno al hotel donde se alojaba uno de ellos.