-¿Cuándo empezaste a trabajar en Aquona?

-Empecé a trabajar en Aquona en 2013, cuando tenía 21 años. Anteriormente había trabajado en el Ayuntamiento de Galende atendiendo averías en las temporadas de verano, me gustó y decidí seguir trabajando en ese campo.

-¿Cuál ha sido tu trayectoria desde tus inicios hasta ahora?

-Mis inicios en Aquona fueron en la explotación de Galende (Sanabria). A los tres años, el Ayuntamiento de Galende remunicipalizó el servicio de agua y decidió no subrogar al personal, por lo que los trabajadores que estábamos allí nos quedamos sin empleo. Al cabo de unas semanas, recibí una oferta de Aquona para trabajar en la explotación de Zamora como operario de red. Me alegró que contasen conmigo y, aunque no fue una decisión fácil ya que debido a la enfermedad de mi padre no pasaba por mi mejor momento, vi futuro en la empresa y decidí aceptar y trasladarme a Zamora donde ya llevo cuatro años.

-¿Qué es lo más positivo de trabajar en Aquona?

-Sobre todo, dos cosas: Lo mucho que me gusta mi trabajo ya que hacemos posible que el agua llegue a la ciudadanía de Zamora y la buena relación que mantengo con mis compañeros. Hay muy buena convivencia entre nosotros. Me han ayudado mucho en todos los aspectos; cuando llegué nuevo estaban disponibles a todas horas para explicarme cómo funcionaban las guardias, la atención de las averías que se daban en el servicio de abastecimiento de la ciudad, etcétera.

-¿Qué te ha aportado profesional y personalmente la empresa?

-En el ámbito profesional, la empresa me ha proporcionado formación para seguir mejorando y especializándome en mi trabajo. A nivel personal, trabajar en Aquona me ha ayudado a creer en mí mismo y a superarme cada día.

-¿Qué crees que una empresa como Aquona aporta a la ciudad de Zamora?

-En mi opinión, aporta muchas cosas positivas. En el área de gestión del servicio municipal de agua, la empresa trabaja para la ciudad 24 horas, 365 días del año resolviendo las incidencias que van surgiendo a la mayor brevedad posible. Además, Aquona es un actor más en la vida de los zamoranos. Se impulsan acciones para cuidar del medio ambiente y luchar contra el cambio climático como el proyecto ‘Sembrando Oxígeno’ en el que participamos varios de los trabajadores y se ofrece apoyo a deportistas y equipos locales y juveniles. Además, Aquona colabora con proyectos solidarios de entidades como Cruz Roja, Apego Lácteo, la Asociación Zamorana de Esclerosis Múltiple (AZDEM) o la Asociación Española contra el Cáncer.

-Durante la pandemia habéis sido trabajadores esenciales. ¿Cómo viviste tu día a día laboral? ¿Qué tareas desempeñabas?

-Al principio era todo muy extraño, trabajar en las calles vacías era una situación en la que nunca nos habíamos encontrado. En mi caso, cubría el servicio y reparaba las averías que pudiesen surgir, con el propósito de que ningún vecino se quedase sin agua. Formamos equipos independientes de trabajo (por parejas), manteniendo la distancia social y, antes de finalizar la jornada, desinfectábamos almacenes, furgonetas y vestuarios para minimizar cualquier riesgo de infección y que así los compañeros que entrasen en el turno siguiente encontrasen todo en perfectas condiciones. Durante el estado de alarma y las fases siguientes, la empresa nos ha proporcionado mucha información y nos ha dotado de los equipos de protección individual (EPIs) necesarios, algo que nos ha hecho sentirnos protegidos. Actualmente, seguimos tomando medidas para preservar la salud de los vecinos de Zamora y de todos los que trabajamos en el servicio municipal de agua, así como para garantizar el abastecimiento en la ciudad.

-¿Cómo ves tu futuro de aquí a unos años?

-Me veo viviendo en la ciudad, donde estoy muy a gusto. Por supuesto, me gustaría seguir formando parte del gran equipo de Aquona Zamora.