El próximo 1 de octubre los estudiantes de la Universidad de Salamanca iniciarán el curso más imprevisible de las últimas décadas. En plena pandemia, las distintas facultades comenzarán la actividad académica con el objetivo de mantener la dinámica lectiva con la mayor normalidad posible. Así será también en el Campus Viriato de Zamora, cuyos alumnos recibieron hace unos días un decálogo con las recomendaciones básicas que deben seguir en aras de un regreso seguro a las aulas.

El primero de esos consejos resulta obvio. La USAL recuerda a sus alumnos que deben tener “en vigor y actualizada” la tarjeta sanitaria, sea de la comunidad autónoma que sea, o incluso correspondiente a las mutuas privadas.

Además, desde el Vicerrectorado de Estudiantes advierten a los alumnos de que no deben acceder al Campus Viriato si tienen síntomas compatibles con el COVID-19, si están en periodo de aislamiento tras haber sido diagnosticados de la enfermedad o si se hallan en cuarentena por ser contacto estrecho de un positivo. Esa apelación a la responsabilidad individual resulta clave para limitar los riesgos sanitarios.

Por otro lado, desde la USAL recomiendan que los estudiantes se informen correctamente de los grupos, las aulas y los horarios que les corresponden, y que lleven a cabo sus actividades docentes “siempre en el grupo asignado al inicio del curso”. Además, los alumnos tendrán que ocupar los asientos señalizados para su uso y mantenerse en el mismo lugar, “al menos, durante una misma jornada”.

En esa misma línea de evitar contactos innecesarios, la Universidad de Salamanca reclama que los estudiantes acudan al Campus Viriato y al resto de las facultades bajo su responsabilidad “exclusivamente para la realización de actividades académicas”, y que eviten “las agrupaciones” en los pasillos o en las zonas de uso común: “Las entradas y salidas de los centros se mantendrán siempre despejadas”, advierten desde el Vicerrectorado.

Por otro lado, el plan de la USAL incluye circuitos marcados que los alumnos deberán seguir por los diferentes edificios, y también reproduce algunas recomendaciones generales, como el uso de mascarilla, la distancia de seguridad y el uso de diferentes productos de higiene.

En general, el decálogo de recomendaciones apela a la responsabilidad de los estudiantes, con la vista puesta en limitar los riesgos y evitar que la facultad se convierta en un foco de contagios durante este curso que será presencial, pero con distancia.