“Cuidad de vuestros monumentos y no tendréis necesidad de restaurarlos”. Con esta frase, atribuida al escritor y crítico de arte inglés John Ruskin, ilustra Hispania Nostra la situación que viven muchos monumentos españoles, casi en ruinas. También sucede, lógicamente, en Zamora. En concreto, la provincia tiene 29 “pedazos” de su patrimonio muy próximos a estar hechos, literalmente, pedazos. La capital, Toro, Sanabria, Aliste... prácticamente ninguna zona de la provincia escapa a la situación.

Están en la “Lista Roja del Patrimonio” localizaciones como las Aceñas de Gijón, del siglo XII, en la capital; la iglesia parroquial de San Juan Bautista, del siglo XVII, en Santibáñez de Vidriales; ; el Castillo de Alba de Aliste, en Losacino; o el Puente Mayor de Toro. Monumentos más o menos importantes, en localidades más o menos pobladas, unidos por un único nexo común: su mal estado de conservación.

La Lista Roja del Patrimonio es una iniciativa de la Asociación Hispania Nostra, nacida en noviembre de 2007, con el fin dar a conocer y proteger aquella parte de nuestro Patrimonio cultural y natural que se encuentra en abandono y en peligro. Recoge aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

Historia que se cae a pedazos: los 29 monumentos zamoranos de la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra.

“Los criterios de inclusión en la lista se basan, pues, en la importancia histórica y arquitectónica del elemento patrimonial en cuestión, en el estado en que encuentra y en el riesgo que recaiga sobre él, considerando no sólo sus valores objetivos sino, principalmente, los subjetivos que la sociedad le otorgue, de conformidad con el significado más actual de patrimonio”, apuntan desde Hispania Nostra. La Lista Roja se elabora bajo supervisión de una comisión científica integrada por especialistas en la materia. La información que utiliza Hispania Nostra en la elaboración de las fichas proviene de fuentes propias y, en su caso, de terceras personas o entidades independientes.

La lista no es un ente muerto. De hecho, cuando las instituciones toman medidas para restaurar los monumentos incluidos, estos pasan a la llamada Lista Verde. Hay casos, aunque pocos, en Zamora. Uno de ellos es la iglesia del Monasterio de San Salvador de Villacete. La iglesia fue restaurada y habilitada para convertirse en una biblioteca. Sin embargo, poco después de abrir, tuvo que ser cerrada debido a las humedades del espacio. En otras estancias del mismo complejo se sitúan las oficinas municipales, un salón de plenos y el consultorio médico. Se trata, según Hispania Nostra, de un ejemplo de rehabilitación de edificios.Todos los elementos que se incluyan en la Lista Roja “deben estar amenazados por un riesgo grave de destrucción, desaparición o pérdida irreversible de sus valores patrimoniales”. Los impulsores de la iniciativa tienen en cuenta, no obstante, el valor patrimonial, la relevancia social y el nivel de protección legal. Además, se valoran las amenazas —presencia o probabilidad de sucesos dañinos—, la situación de “abandono o negligencia” y las circunstancias que han propiciado el deterioro. Por último, se pone sobre la mesa la vulnerabilidad y la existencia o no de un plan de intervención para restaurar el patrimonio, aunque no sea de manera inmediata.

En su intención de acercar el patrimonio a la ciudadanía Hispania Nostra abre a los propios ciudadanos su participación en la Lista Roja. Así, son los ciudadanos los que, si consideran que hay una situación de riesgo para un bien cultural, pueden notificar la situación a la organización.

Si de la información suministrada se deduce que el monumento puede incluirse en la Lista Roja, Hispania Nostra solicitará más información al ciudadano y al titular del elemento patrimonial en cuestión, si se conoce, como responsable del deber de conservarlo. En el caso de bienes protegidos por la legislación de Patrimonio Cultural, solicitud de información al organismo competente de la Comunidad Autónoma correspondiente, salvo cuando los bienes sean de titularidad estatal, en cuyo caso la solicitud se dirigirá al organismo que corresponda de la Administración del Estado. En el caso de bienes no protegidos por la legislación patrimonial, solicitud de información a la administración local.

Una vez incluido en la Lista Roja, hay dos maneras de que un bien salga de ahí. Primero, porque el bien en cuestión se ha intervenido y ha desaparecido el riesgo que motivó su inclusión en la lista, lo que da lugar a su paso a la llamada Lista Verde de bienes restaurados. Por otro lado, si el bien patrimonial se destruye, se pasará a catalogar el inmueble dentro de la Lista Negra. En ambos casos se procederá a notificarlo al proponente, al titular de la propiedad, a la administración competente y a los medios de comunicación.