Quince años lleva Vicente Merino para hacer realidad la biorrefinería multifuncional de Barcial del Barco, una lucha que le ha llevado por los procelosos caminos de los despachos para sacar adelante una idea que, está convencido, puede ser vital para el futuro de Zamora y Castilla y León.

–¿Qué es la biorrefinería multifuncional de Barcial del Barco?

–No me gusta mucho usar la palabra revolución pero realmente es una revolución industrial porque va a suponer un cambio de modelo productivo, un nuevo modelo innovador que va a dar salida a cultivos estratégicos para nuestra comunidad, como son la remolacha y el maíz, con fábricas que van a trabajar durante todos los días del año, a diferencia de otros sistemas productivos que trabajan periódicamente, estacionalmente con estos y otros cultivos y otros modelos que no tienen las ventajas que aporta este modelo industrial.

–¿Después de 15 años sigue siendo un buen proyecto?

–En un momento como el actual está claro que lo que se necesita es industria, con un modelo productivo que trabaja todos los días del año, que va generar renta agraria para miles de familias de agricultores, que va a generar muchos puestos de trabajo, más de mil indirectos: transportistas y todo lo satélite en torno a la planta, ferretería, tornos, fresas para el campo talleres, semillas, fitosanitarios, mantenimiento, electromecánica, etcétera. Al final para esta comunidad autónoma es un modelo industrial estratégico y replicable, porque estamos seguros de que se van a hacer más plantas en Castilla y León.

–Son buenos tiempos para el bioetanol

–El bioetanol es un producto ecológico, que reduce emisiones frente a combustibles fósiles, con lo cual demás también la industria va en línea con las nuevas políticas de descarbonización, acordes con lo que desde Bruselas y a nivel mundial se está solicitando. Y mejorando la balanza comercial del país, porque al final estas produciendo un complemento a la gasolina que hace que en el balance global se reduzcan las emisiones a la atmósfera. Porque si es puro y duro 100% petróleo no deja de ser un producto que viene de fuera y si lo mezclas al 5% o el 10% al que se va a pasar estás generando mejora de la balanza comercial, inversión y renta, que es lo que se necesita en una crisis como esta del COVID que es de consumo fundamentalmente.

–¿Qué capacidad de producción pueden tener?

–La planta va a molturar cuando sea remolacha cinco mil toneladas al día, cuando sea maíz, 1.200 toneladas al día. Se pude trabajar con una y otra materia prima tanto a nivel temporal como espacial y la capacidad al año serán 160.000 metros cúbicos de bioetanol y 120.000 toneladas de pienso.

-¿Cómo se le ocurrió la idea de la biorrefinería, de donde parte?

–Se me ocurre a mí. Soy conocedor de la riqueza que genera la industria azucarera en la región. Soy zamorano, mis padres son del Páramo de León y conozco esta zona, con mucha menos producción de remolacha por hectárea, cuatro azucareras: Santa Elvira de León, Veguellina, La Bañeza y Benavente. Aquí tuvimos cuatro azucareras que se han visto abocadas al cierre por la organización común del mercado. Yo termino la carrera de ingeniero agrónomo y, sabiendo lo que nos venía encima, la reestructuración y el cierre que iba a haber, empecé a pensar en dar una solución a nuestro campo. Estuve por España y fuera viendo fábricas de etanol, azucareras, hasta que se me ocurrió la idea que nadie había hecho en el mundo, y bueno, que nadie ha hecho aun porque no existe ninguna planta en el mundo con remolacha y maíz, pensando como optimizar y hacer una industria mejor, más competitiva, que trabajara todo el año. Al final, llegué a la conclusión de este modelo industrial como el óptimo para nuestra región.

–¿Cuáles son los primeros pasos?

—Una vez he llegado a la conclusión y comprobado que todos los números y los desarrollos es correcto y viable, tengo tres patentes, empiezo a buscar la mejor ubicación para la primera planta. Ahí vamos contando con el apoyo institucional, dada la importancia del modelo. Llegamos a la conclusión de que la mejor ubicación para empezar, pese a que barajamos diferentes alternativas, era Barcial del Barco. Se había iniciado un proyecto de bioetanol que era con trigo y cebaba, el llamado Ecobarcial que quedó en “stand by”. Desde la Junta de Castilla y León nos preguntan que si veíamos bien la ubicación y si cumple nuestros criterios.

–Se llegó a poner la primera piedra de Ecobarcial.

–Juan Vicente Herrera llegó a poner la primera piedra, vio que nuestro proyecto es más competitivo y que tiene viabilidad de futuro, así lo demuestra ahora toda la legislación del sector. Un proyecto como el que se planteaba de trigo y cebada no es viable, pero el de remolacha y maíz sí. Nos subrogamos a ese expediente, se llegó a acuerdos, presentamos nuestro proyecto y se empezó a plantear la alternativa de Barcial del Barco.

–Y ahí empiezan a surgir circunstancias que les obligan a salir a la palestra porque no ve suficiente apoyo e incluso alguna zancadilla, ¿no?

–Son proyectos muy complejos y ahora no queremos ahondar en eso, como empresa nos tenemos que quedar con lo positivo y seguir para adelante. Siempre tuvimos mucho apoyo de Rosa Valdeón, de Pilar del Olmo, de Carlos Martín Tobalina, que continúa como viceconsejero, nos tutorizó el proyecto y siempre nos ha estado apoyando. Y ahora también desde que está el nuevo Ejecutivo el apoyo es total desde Presidencia de la Junta con el presidente Mañueco y el vicepresidente Igea, que viene apoyando este proyecto desde antes de acceder al cargo, cuando era parlamentario en las Cortes. Por lo tanto ahora el respaldo es definitivo, porque con el apoyo de la junta de Castilla y León y el del Gobierno que ha hecho un equipo multidisciplinar, que ha implicado a cuatro ministerios y está defendiendo el proyecto en Europa como un modelo industrial estratégico para España, con todo este apoyo estamos convencidos de que después de todos estos años más duros en las gestiones al final verá la luz y va a ser muy bueno para nuestra tierra y miles de familias, que al final es de lo que se trata.

–¿El escollo donde está, en la financiación?

–La financiación viene de Estados Unidos y lo que estamos haciendo aquí es buscar uno o varios bancos nacionales para gestionar la operación. Es el punto en el que estamos ahora, manteniendo conversaciones con varios bancos para ver como se cierra definitivamente la operación. La financiación ya está, viene de Estados Unidos, pero para la operativa financiera se necesita en respaldo de una o varias entidades de aquí. A nosotros nos gustaría que fueran bancos españoles, ya que el proyecto se va a hacer aquí, igual que estamos apostando por que el resto de socios, constructora, suministradores, socios comerciales, etcétera, en la medida de lo posible sean empresas españolas.

–¿El producto está “vendido antes de salir” o se tiene que buscar mercado?

Tenemos acuerdos de venta para la distribución del producto además a largo plazo. Habrá una aparte que sea para el mercado nacional, como complemento de las gasolinas. Hoy está el E.5 en la gasolina que significa que lleva un 5% en volumen de etanol y ahora están ampliando la mezcla de biocarburantes a un 10% en energía y lo que se ha dicho recientemente que se va a pasar de un E-5 a un E-10, lo que va a permitir que se pueda mezclar más etanol, va a repercutir en miles de puestos de trabajo para España porque en lugar de venir de petróleo importado llegará de toda la industria que pueda estar fuera, en este caso va a estar aquí y va a convertirse en renta. Vamos a cambiar barcos de petróleo entrantes por los pozos de petróleo verde en las fincas de los agricultores.