El municipio de Galende temía el verano. El epicentro del Parque Natural del Lago de Sanabria se presentaba especialmente vulnerable al efecto de un virus escurridizo y de difícil control. Superado con cierta tranquilidad ese periodo crítico de julio y agosto, la “bomba” saltaba en Sanabria en los primeros días de septiembre con el brote de coronavirus más grave surgido en la provincia desde que se declaró la alerta sanitaria.

Ocurrió en la residencia de mayores de El Puente de Sanabria, con 61 personas infectadas por el COVID 19, entre ellas la mitad de la plantilla del centro (17 trabajadores) y 44 residentes. Ayer la cifra aumentaba a 7 ancianos más, lo que sería prácticamente el cien por cien de los residentes, a los que se sumaban otros tres casos de la misma Zona Básica de Salud de Puebla, aunque no se confirma la vinculación con el brote en la residencia. En total, 10 positivos más contabilizados en la comarca de Sanabria.

Incertidumbre en la sociedad sanabresa ante el brote en El Puente. Nico Rodríguez

Conocida la incidencia en el centro, ahora el desafío está en controlar el alcance de la epidemia entre los contactos de ese grupo de personas que ha dado positivo, especialmente los trabajadores que son los que han convivido con familias y se han movido con “normalidad”. Preocupan menos los residentes, ya que el centro (de titularidad privada) había cancelado las visitas de familiares desde hace más de 15 días y los contactos se realizaban desde la calle viéndolos por las ventanas o a través de videoconferencia.

Los rastreadores –figura clave para el control de la transmisión– han centrado el foco de 160 personas del entorno de los trabajadores positivos en COVID 19, a las que ayer se realizaron las pruebas PCR (de diagnóstico del coronavirus) desde el coche. El proceso se llevó a cabo en el exterior del Centro de Salud de Puebla de Sanabria, donde se cortó una calle para que fueran pasando los vehículos de forma ordenada. No hubo colapso ni largas colas.

Labores de desinfección en Sanabria. Nico Rodríguez

Los coches, con una o varias personas, iban parando frente a una carpa donde estaban los sanitarios protegidos con los EPI hasta completar las aproximadamente 160 pruebas, cuyo resultado –previsto a lo largo del fin de semana– determinará el alcance de las medidas que tome la Junta de Castilla y León en el municipio de Galende o más allá de sus límites. Las decisiones se tomarán “en función del resultado de las pruebas” confirmaban fuentes de la administración regional.

Mientras tanto, en El Puente de Sanabria y sus alrededores –principalmente los pueblos dependientes del municipio de Galende– viven momentos de incertidumbre y preocupación por las dimensiones que puede llegar a alcanzar el contagio. Allí residen buena parte de los trabajadores de la residencia donde se ha declarado el brote de coronavirus y el temor a una expansión de la epidemia domina corrillos y tertulias. Además, tanto los positivos como las personas que se han realizado la PCR deben mantener dos semanas de aislamiento con el impacto económico y social que ello supone.

“Hay un ambiente raro y entristecido, no contábamos con esto” admitía el alcalde de Galende, José Manuel Prieto, a la puerta del Ayuntamiento, cerrado al público como todos los servicios municipales. A la espera de las “instrucciones específicas de las autoridades sanitarias” el alcalde ha decretado el cierre temporal del gimnasio y el polideportivo municipal, la guardería, parques, así como el centro de visitas turísticas del Monasterio y la Iglesia de San Martín de Castañeda. Tampoco habrá mercadillo, al menos durante los próximos dos lunes, y la atención a los usuarios, tanto en el Ayuntamiento de Galende como en la oficina municipal de El Puente será telefónica.

El alcalde de Galende, José Maneul Prieto, a la puerta del Ayuntamiento. Nico Rodríguez

En cuanto a las playas del Lago por el momento no se toma ninguna medida, ha confirmado el alcalde. “La temporada está prácticamente terminada, si alguien va al Lago no tiene problema porque no hay casi gente, pero si hubiera un cambio drástico de la situación, con los propios trabajadores se volverían a tomar medidas”.

Operarios municipales, apoyados por medios de la Diputación, desinfectaban ayer el exterior de la residencia de mayores, así como espacios públicos de El Puente y Galende susceptibles de acumulación de personas.

“Me preocupa lo que esté pasando ahí dentro” declaraba el alcalde en referencia a la residencia. “No tenemos ninguna noticia de cómo están los ancianos; espero que la Junta sí, pero alguien nos tendrá que explicar cómo se ha llegado a esto” se preguntaba José Manuel Prieto.

Fuentes sanitarias consultadas por este diario confirmaban que desde que se declaró el brote no hay ninguna persona hospitalizada y entre los trabajadores positivos el estado sanitario general es bueno. Otra cosa es el estado anímico, de “mucha preocupación”, que transmiten desde su obligado confinamiento.

En Galende y sus pueblos la actividad de los negocios se desarrolla con normalidad, “a la espera”, confesaba una hostelera, con la excepción de algunos bares y restaurantes en El Puente, Ilanes o San Martín de Castañeda que han decidido cerrar sus puertas como medida de prevención. “En cuanto nos enteramos del brote hemos cerrado; es una medida de prevención, vamos a esperar a los resultados porque en esta comarca hay mucha gente mayor y no me gustaría que el pueblo se fuera al garete. Hay que tener mucho respeto por lo que pueda pasar” se sinceraba Miguel Ángel Morán, del bar Scaparate, en El Puente. “Y si hay que tomar medidas drásticas pues adelante” cuenta el joven mientras limpia y recoge dentro del establecimiento. “El verano ha sido complicado, ha habido que luchar con mucha gente irresponsable y ahora nos viene este brote. Las cosas están difíciles”.

En frente, el bar La Estrella funcionaba con normalidad; algunas personas desayunando en la terraza y otras en la barra. Entre los primeros, José Ángel Arias y Susana López, con su frutería a escasos metros. “Llevamos desde marzo abiertos, trabajando sin parar y ahora muy pendientes de lo que pueda pasar. Habíamos pasado el verano relativamente tranquilos y nos encontramos con este brote. Veremos” cuentan mientras ponen en orden el puesto de fruta a primera hora de la mañana.

A medida que pasa la mañana la actividad crece en El Puente, centro neurálgico del municipio. Varias personas esperan a la puerta del banco, con mascarillas y guardando la distancia, otros prueban suerte en el establecimiento de lotería. “Estamos preocupados porque no sabemos hasta donde llega el brote, espero que si toman medidas nos avisen con tiempo” expresaba el lotero.

La Casa del Parque, en Rabanillo, abría como un día normal. No se había recibido comunicación alguna y todo estaba preparado para la recepción de visitas de acuerdo con las normas de seguridad que impone la pandemia. Desde este centro, referencia informativa y puerta al Parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto, destacan la buena temporada estival con días de hasta 200 personas respetando las medidas de seguridad.

El futuro más inmediato de esta zona está en manos de los resultados, “Lo normal es que salgan positivos, la cuestión es cuántos” apuntaba una sanitaria de la zona con tono de preocupación. Porque los nuevos casos requerirán otro proceso de rastreo, la búsqueda de nuevos contactos y más pruebas. “Estamos tan desbordados que a ver cómo asumimos todo esto”.