El asesino de Leticia Rosino ingresará en prisión de forma inminente, a la espera solo de que llegue la orden del Juzgado de Menores para el traslado del joven, de 18 años recién cumplidos, desde el centro especial de Zambrana, donde se encuentra internado desde el 5 de mayo de 2018, dos días después de matar a la joven tabaresa de 32 años en Castrogonzalo. La decisión del magistrado de que el joven, de iniciales D.A.A., terminara los seis años de condena que le restan en la prisión de adultos es ya firme, por lo que su cumplimiento solo está a la espera de que llegue la notificación para que la Guardia Civil lo recoja de Zambrana y que Topas reciba la notificación del ingreso del nuevo interno, condenado a ocho años de reclusión y cinco de libertad vigilada en 2018.

El asesino de Leticia, que tenía 16 años recién cumplidos cuando la mató, ha permanecido dos años y casi cuatro meses en el centro de Zambrana, donde ha sido uno de los internos más conflictivos en este tiempo, de modo que tiene varios expedientes abiertos por su conducta. Ante la gravedad del delito que cometió siendo menor de edad y por ese carácter conflictivo, el juez de Menores optó por ordenar que acabara su condena en un centro penitenciario de adultos, en lugar de que permaneciera hasta los 21 años en Zambrana, como permite la legislación. El joven no podrá regresar a su pueblo, Castrogonzalo, durante cinco años una vez haya cumplido los seis años de reclusión que le quedan en Topas, tiempo durante el que se le condena a mantenerse alejado del novio de Leticia que vive en esa localidad y de la familia de la víctima, que tiene su residencia en Tábara, a donde tampoco podrá aproximarse. El condenado es una persona de difícil socialización, lo que dificulta su reinserción, según los informes de los técnicos. La gravedad de los hechos que protagonizó con plena consciencia, sin empatía con la víctima y con absoluta frialdad han sido esenciales para que el juez decidiera su ingreso en Topas.