El sacerdote Emilio Santiago Lorenzo, vinculado al cementerio de San Atilano desde hace 46 años, deja su labor de capellán con 87 años. Atrás quedan años de responsos en la capilla del camposanto, consolando con sus palabras a los feligreses zamoranos que acababan de perder a un ser querido.

El párroco ha ejercido este cargo, capellán del ayuntamiento, desde 1973, ya que es el consistorio el titular del cementerio de San Atilano, siendo el encargado de recibir a los difuntos para la última despedida antes de la inhumación. Otra de sus misiones que conlleva este cargo es la de acompañar religiosamente al ayuntamiento y celebrar los actos litúrgicos que se organizaran desde esta institución, misión más activa en anteriores mandatos.

Su larga trayectoria como sacerdote le llevó en sus primeros años tras salir del seminario a oficiar en Valer de Aliste. Durante mucho tiempo fue también párroco de la localidad de Algodre y, ya en la capital, fue coadjutor de la iglesia de San Torcuato, con don Juan Encabo Martín.

También ha tenido una fructífera relación con la Semana Santa zamorana, puesto que ejerció de capellán de la cofradía de Jesús Nazareno vulgo Congregación durante varios años.

De momento y hasta que se produzca por parte del Obispado de Zamora el nombramiento del nuevo capellán de la capilla del cementerio municipal de San Atilano, se ha remitido una carta a todos los sacerdotes de la diócesis para explicarles que tendrán que ser ellos quienes oficien en San Atilano los responsos de aquellos feligreses de sus parroquias que fallezcan, si los familiares les solicitan este apoyo en esos momentos difíciles de duelo.