El turismo rural se recuperó en julio sobre todo gracias al tirón de los extranjeros, pero no lo suficiente como para volver las cifras del año pasado, una de las mejores temporadas para el sector en Zamora. El turismo extranjero ha experimentado un comportamiento sorprendente en julio, sobre todo teniendo en cuenta que había sido prácticamente inexistente durante el primer medio año, de enero a junio. Sin embargo si el pasado año fueron 531 los turistas que visitaron Zamora procedente de fuera para alojarse en establecimientos de turismo rural este pasado julio han sido 892.

La caída global de turistas en los establecimiento se sitúa en el 25%, al bajar de los 9.090 del pasado año a los 6.856 de este mes de julio. Sin embargo las diferencias entre el turismo autóctono y el de fuera son muy apreciables: mientras el turismo nacional, que es el fundamental en Zamora, cayó un 30%, el extranjero aumento un 67%.

El número de turistas nacionales cayó en Zamora un 30% en julio en relación al mismo mes del año anterior. Han sido 5.964 los turistas que utilizaron los alojamientos de turismo rural durante el primer mes fuerte del año. El año pasado por las mismas fechas visitaron la provincia 8.559 turistas de alojamientos rurales.

Si la comparativa se hace con todo el año el descalabro turístico es aún mayor. Zamora ha pasado de recibir a 36.839 personas en los alojamientos rurales a bajar a 10.978, es decir, un descenso del 70%, explicado en buena parte a que marzo, abril y mayo estuvieron prohibidos los desplazamientos y en junio sólo se permitió el movimiento interprovincial a partir del levantamiento del estado de alarma.

El dato es importante, ya que julio es el segundo mes más fuerte del año, turísticamente hablando, en Zamora. El primero es agosto, cuando la provincia se ha llenado de veraneantes, aunque está por ver si también de turistas o solamente de retornados a sus pueblos de origen.