El Plan Regional de Empleo supuso el pasado año en Zamora la creación de 1.021 puestos de trabajo, con una inversión por parte de la Junta de Castilla y León de algo más de siete millones de euros, según explica la agencia Ical. Para este año constituirá una apuesta básica “trascendental” en la lucha contra los efectos de la COVID-19 en el mercado laboral de Castilla y León, ya que impulsa de forma directa alrededor de 15.000 empleos anuales, con un coste medio por puesto de trabajo superior a los 6.000 euros.

Este programa de políticas activas que la Junta afronta con fondos propios, la negociación de su contenido adaptado a la nueva realidad para el próximo año y la definición de un nuevo marco quinquenal, tras finalizar el de 2016 a 2020, cobrará especial relevancia y marcarán buena parte de las tensionadas conversaciones del Ejecutivo que dirige Alfonso Fernández Mañueco y su consejera de Empleo, Carlota Amigo, con las fuerzas sindicales y empresariales, CC OO y UGT y Cecale, en el arranque del nuevo curso político tras un verano sin tregua.

Los datos de balance de los programas de impulso al empleo del Plan en 2019 revelan la importancia de estas medidas, ya que permitieron la generación de 14.611 puestos de trabajo, con un coste global del 91,94 millones de euros, es decir, cada contratación costó de media 6.292 euros. El dato revela un crecimiento del 4% de los empleos generados respecto a 2018, y del 26% en las partidas gastadas, según los datos que maneja la Consejería de Empleo.

El empleo que generaron estos apoyos durante el pasado año fue mayoritariamente temporal, con un total de 9.547 contrataciones frente a los 5.064 puestos de carácter indefinidos. Por sexos, los hombres acapararon las ofertas, con 8.773, frente a las 5.838 para mujeres.