La vuelta al cole se ha convertido en el principal reto de las administraciones para las próximas semanas. Con la pandemia apretando y con los brotes y rebrotes multiplicándose por todo el territorio, muchas son las voces que dudan de la idoneidad de que los niños vuelvan a clase en poco más de dos semanas. Por esto ha nacido la plataforma “Derecho a Enseñanza sin Riesgo en Pandemia”, Derpa, que ya tiene representantes en Castilla y León y también en Zamora. Se trata de padres que aseguran que el protocolo de seguridad de la Consejería de Educación no tiene en cuenta muchos factores peligrosos para la salud de sus hijos y piden “una alternativa no presencial para aquellas familias que puedan llevarla a cabo”. Utilizando un símil político que fue mil veces repetido hace unos meses, los padres piden el “derecho a decidir” ya que “una decisión unilateral por parte de las autoridades supone un agravio para todos aquellos que, de poder elegir, no optarían por esta vía”.

Los padres, que han escrito un texto “contestanto” a algunos de los puntos del protocolo de la Junta, aseguran tener “la sensación de que la vuelta a las clases de forma presencial responde más a necesidades de conciliación que a necesidades meramente educativas”. Aseguran además que “cada inicio de curso nos encontramos con las habituales afecciones estacionales. Resfriados, gripes, gastroenteritis... Sintomatologías compatibles con el COVID-19. ¿Quién va a decidir de qué enfermedad se trata? ¿Van a aislar y analizar a todo el grupo cuando un niño presente síntomas compatibles? ¿Van a mandar 15 días a casa a los alumnos cada vez que alguien presente síntomas? ¿Qué va a pasar entones con la conciliación?”, se preguntan.

Para los impulsores de la plataforma Derpa “sería más lógico” que las autoridades ofrecieran “desde el principio del curso una alternativa no presencial para todas aquellas familias cuyas condiciones permitan llevarla a cabo. Con ello se conseguiría reducir las ratios, aumentando la posibilidad de mantener la distancia en Primaria y Secundaria y reduciendo los contactos directos entre los grupos de Educación Infantil”.

Las familias que defienden la plataforma insisten en una idea, que no quieren desescolarizar a sus hijos. Algo que, por otra parte, sería ilegal. Tampoco quieren perder la plaza en el colegio escogido en Infantil o en el instituto en el que cursen sus estudios. “No queremos que nuestros hijos pierdan un año sin educación. Simplemente pretendemos que la vuelta a las aulas se haga en condiciones seguras, para ellos y para el resto de la sociedad”, dicen.

“Vivimos tiempos en los que la normalidad no existe. Salvo en la vuelta a clase, que pretenden que sea exacta a la del mes de marzo salvo por el reparto de gel hidroalcohólico”, concluyen.

LOS GRUPOS ESTABLES DE CONVIVENCIA SON “INSEGUROS Y NUMEROSOS”

Los padres de la plataforma Derpa critican la idea de “grupos de convivencia estables” que ha gestado la Consejería de Educación y los consideran poco seguros. “Esto supone un contacto directo, durante al menos cinco horas, con 20 ó 25 personas no convivientes. En una familia con dos hijos, el doble”. Se trata de grupos muy numerosos para los progenitores en cuestión, que se preguntan “de qué sirve que se insista a los niños con lavarse las manos si después van a hablar con los compañeros a menos de medio metro de distancia”.

En un escrito, los impulsores de la plataforma bajan al detalle en numerosas cuestiones. En los institutos, indican, existen optativas que implican movimiento de alumnos entre clases. “¿Cómo se van a producir estos desplazamientos? ¿Se van a desinfectar las zonas comunes? ¿Se van a desinfectar los materiales utilizados y los pupitres?”.

Los padres se muestran además preocupados por las zonas comunes de los colegios. Sobre los baños, se preguntan si se va a contratar a más personal para limpiarlos de una manera más habitual y si va a existir personal de vigilancia que garantice que solo una persona está dentro. “¿O van a tener que ser los alumnos los que desinfecten dichos espacios?”, concluyen.