Los carteles colocados en los parques y zonas verdes de Zamora recuerdan las multas de hasta 150 euros para los que no se comporten como deben con sus mascotas, por ejemplo, a la hora de recoger las heces caninas del césped o las calles. El concejal de Medio Ambiente, Romualdo Fernández, recuerda que el riesgo de sanción no es ninguna novedad, ya que el Ayuntamiento viene multando las conductas de los dueños de mascotas que interfieran con la ordenanza, cuyas normas no recogen otra cosa que lo que dicta en sentido común.

Sí constata el concejal cierta insumisión por parte, se supone, de algunos dueños de perros, que se dedican a quitar las señales que prohíben la suelta de los canes en determinados parques y zonas verdes de la ciudad. “Los carteles que ponemos con la prohibición de acudir con perros desaparecen en cuestión de horas. Nos ha pasado hace poco con los que nos pidió la presidenta de La Horta para una zona verde, que se los llevaron en dos días”. Se supone que la sustracción de los carteles no es por su valor monetario, sino para evitar tener que cumplir la obligación que en ellos se traslada. “Lo normal es que las tandas de carteles en las que se prohíbe la presencia de perros en los parques acaben desapareciendo por una falta de civismo”, lamenta el concejal.

Como ocurre en toda actividad humana, no se puede generalizar, y de hecho son muchos los ciudadanos que sacan a pasear a sus perros y recogen las heces o los sueltan en las zonas que están habilitadas para ello, que están repartidas por toda la ciudad. El censo canino de Zamora se estima en torno a nueve mil perros y es de suponer que la gran mayoría de los dueños de canes cumplen con las normas básicas de convivencia.

Pero hay unos pocos que se dedican a quitar los letreros, pensando que así se libran de tener que cumplir la normativa y pueden pasear a sus mascotas por la zona verde más cercana a su hogar.

En todo caso, y aunque los agentes de la Policía Municipal tengan ahora mismo otras prioridades sobre todo con el control de las normas de distanciamiento social y uso de mascarillas para evitar el riesgo de contagio, tampoco han descuidado otros aspectos de la vida diaria de la ciudad, como es el de la vigilancia de que se cumple con las zonas de paseo canino y la recogida de los excrementos por parte de los dueños.

Por si acaso, los letreros ya informan de las sanciones que pueden llegar a 150 euros.