La contratación de 800 nuevos docentes de cara al próximo curso 2020-2021 —600 para la enseñanza pública y otros 200 para la concertada— es la garantía que se ofrece desde la Consejería de Educación de Junta de Castilla y León para que la vuelta a las aulas el próximo 9 de septiembre se haga de forma normalizada. Así lo señaló ayer la consejera de Educación, Rocío Lucas, quien subrayó que se está trabajando “desde hace meses” en constante coordinación con las autoridades sanitarias “para que el curso comience con las máximas garantías y de forma presencial”, sin olvidar asegurar el derecho a la educación y a la equidad, evitando cualquier tipo de brecha educativa.

En este sentido, la Consejería de Educación analizará con Salud Pública el borrador del protocolo de vuelta al cole remitido esta semana por el Ministerio de Sanidad que contempla, entre otros asuntos, un retorno a las aulas en septiembre semipresencial para los alumnos de Tercero y Cuarto de la ESO, así como Bachillerato, que alternarán las clases en el centro y la formación a distancia desde su domicilio, según informó la agencia Ical.

Desde la Junta se ha elaborado un protocolo que establece, “con un gran nivel de detalle”, cómo debe producirse esa vuelta a las aulas. Así, recoge medidas de carácter preventivo y educativo “que han servido de marco y de guía a los centros docentes de la comunidad”, se asegura desde la administración. Además, colegios e institutos ya han elaborado sus propios planes de inicio del curso, adaptados a sus características, y planes de contingencia y digitalización que se abordarán durante el mes de septiembre.

Con este anuncio, Rocío Lucas quiso hacer una llamada a la calma, a la responsabilidad y a la profesionalidad. “Es evidente que será un curso diferente. Estamos en una situación inédita. Y ello está suponiendo un desafío y una carga de trabajo extra para todos. Afrontamos el reto de comenzar el curso en situación de pandemia y habrá que irse adaptando a una situación sanitaria incierta”.

A lo largo de esta semana y la próxima está previsto que los centros cuelguen en los portales web su plan y se informará a las familias de la reestructuración de cara al curso próximo. Un plan que recogerá la entrada y salida escalonada de los estudiantes para evitar aglomeraciones, los nuevos tiempos de recreo y el reparto de los alumnos en el comedor escolar.

Por lo tanto, se mantiene la constitución de los denominados “grupos burbuja”, con el objetivo de “aislar” lo máximo posible las clases con el resto de compañeros del centro y así evitar la propagación masiva del virus. Una vez identificado el grupo reducido, solo se paralizará la docencia presencial en caso de haber un alumno que haya dado positivo y sus compañeros de clase, que deberán cumplir la cuarentena.

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