El nueve de septiembre, día marcado en rojo en el calendario como inicio del curso escolar, se acerca “sin que haya instrucciones claras” de cómo abordar la pandemia en las aulas para frenar el contacto. Así lo estiman desde las ramas educativas de los distintos sindicatos, que además denuncian una “más que segura” escasez de personal durante los próximos meses. Los planes de la Consejería de Educación de contratar a “600 docentes en toda Castilla y León”, dicen, no son suficientes cuando “solo Zamora necesitaría al menos 500 profesores más para mejorar las ratios y garantizar que haya menos alumnos en las aulas y se guarden las distancias de seguridad entre estudiantes y profesorado”. En Zamora, indican las mismas fuentes, existen a día de hoy aproximadamente 2.700 docentes no universitarios.

La intersindical de Enseñanza de Castilla y León, integrada por CSIF, STECyL, ANPE, CCOO y UGT lamenta además las “exiguas medidas” que desde el Gobierno regional se han adoptado para afrontar la crisis sanitaria que ha marcado el curso 2019/2020. Según explicó la presidenta del Sector Autonómico de Educación de CSIF en Castilla y León, Isabel Madruga, la “improvisación” ha sido una “constante” en la toma de decisiones de todos los responsables educativos, que no han consultado con el profesorado, que son “los mejores conocedores de las realidades de los centros”.

“Demandamos negociación y más recursos personales y materiales para el próximo curso escolar, con un plan de refuerzo, apoyos y más dotación que permitan afrontar el curso de forma segura e intentando compensar las posibles lagunas que se hayan producido durante el 2019/2020”, señaló. Las mismas fuentes lamentan la “falta de proyecto a medio y a largo plazo” por parte de la Consejería, y aseguran que las escasas mesas sectoriales que se han producido no han tenido “contenido negociador real ni adaptado a la situación crítica que vivimos”. Además, denuncian las “diferencias de criterio en la evaluación del alumnado, cargando con la responsabilidad a centros y profesorado, y haciendo patente la brecha digital en Castilla y León”.

En cuanto a los protocolos que se han establecido tanto por parte del Ministerio como de la Junta de Castilla y León, los sindicatos los consideran “claramente insuficientes”. “No ha habido negociación y tiene que haberla para lograr medidas homogéneas y contar con los recursos materiales y personales que permitan afrontar una vuelta segura a las aulas”, señalan.

Por lo que refiere a los protocolos, la Junta ya ha elaborado un documento, colgado en su web, con detalles para todas las zonas de los centros escolares pero que en algunos puntos empieza a quedarse ya desfasado —al hablar de las mascarillas no indica que sea obligatorio si se guardan las distancias, cosa que seguro que sucede—. Obviando estas pequeñas deficiencias, el plan habla de las actuaciones a seguir en las aulas, salas de profesores y en zonas más conflictivas como, por ejemplo, el comedor y los baños. Para el primer caso se han establecido diferentes “grupos estables de convivencia” que serán los que compartan zona de comedor. Sin embargo, si la situación sanitaria lo obliga, la entrada y salida del comedor se hará por turnos y se limpiará y desinfectará la zona después de la salida y antes de la entrada de cada grupo de comensales. Por lo que refiere al transporte no se reducirán los alumnos en cada autobús, aunque sí es obligatorio el uso de mascarilla en los mayores de seis años y se obliga a esperar en la parada manteniendo entre personas la distancia mínima de un metro y medio y a sentarse empezando por atrás y avanzando hacia delante. Los buses dispondrán de dispensador de hidrogel para los estudiantes y deberán ser desinfectados todos los días.